Quien de plano anda más inflado que globo en 6 de enero, es el mismísimo Michel Chaín Carrillo, quien desde la Secretaría de Gestión y Desarrollo Urbano Municipal, tiene hasta la máuser a toda su dependencia.
Y es que se ve que no olvida la escuela morenovallista donde creció creyendo que toda la dependencia está pa’ servirle, nomás por la carita, como modelo de revista.
Así como lo leen, mis valedores, resulta que mi chismoso del Charlie Hall soltó baraja que a Micky Chaín ya se le subió como espuma de chela su papel de secretario capitalino.
Nomás no sabe cómo hacerse notar entre el personal a su cargo, pa’ que todos sepan que él tiene la última palabra, y al que no responde a su tronadita de dedos se lo lleva pa'l baile.
Es más, mis carnales, no faltan en los pasillos de Desarrollo Urbano quienes ya se andarían organizando pa’ exhibirlo con el presi Lalo.
Y ahí no queda la cosa, banda. Cada día crecen las dudas en la dependencia, si Micky Chaín era el mero mero pa’ estar a la cabeza, pos de plano no ven los resultados de su chamba.
Eso sí, mucha palabrería a los medios, pero nada de entrarle de lleno a los chingos de problemas de la ciudad. Como quien dice, “mucho verbo y poca acción”.
Y mientras estudios van y vienen pa’ los anuncios espectaculares, paraderos y concesiones, lo cierto es que todo parecen buenas intenciones, pero nada de ensuciarse los mocasines.
¿Será que el Micky sigue pensando que su chamba es la polaca y no servir a los poblanos?
Con esas ganas, ahora se entiende que busque concesionar los paraderos capitalinos por diez añitos, sacarse el problema pa’ seguir haciendo la vida de cuadritos en Desarrollo Urbano.
Eso sí, banda, los inconformes con el Micky siguen creciendo y aseguran que sus aires de grandeza lo pueden regresar a la banca de donde lo sacaron hace poquitos meses.
Ahí de mientras, en una de esas hasta se le viene la noche encima, pos cuando menos lo creía, en Casa Aguayo no fue bien vista la idea de concesionar servicios municipales por 10 años.
No descarten que si Micky Chaín se resiste a cambiar de humores y meterle pedal a su chamba, dentro de poco lo veamos cambiando de aires, pero a la fuerza.
Conste que su héroe de barrio, cuando la canta, vale doble.