El próximo gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, es uno de los 65 diputados que votaron a favor de desaparecer el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y otros fideicomisos.  

El morenista, siguiendo ciegamente las órdenes de AMLO, no se dio cuenta de que justamente su pueblo tiene costas y es epicentro de una gran cantidad de sismos.  

Para Jara Cruz, el 21 de octubre de 2020, haber terminado con los fondos de reserva era motivo de orgullo, lo suficiente para publicarlo en sus redes.

Foto: Especial
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¿Cómo explicará Salomón Jara a su futuros gobernados que no hay dinero federal para apoyar en la limpieza, alimentación, salud ni reconstrucción de casas, escuelas y carreteras, tras los estragos que causó Agatha?  

No sólo el gobernador electo tiene que dar explicaciones, las debe también el propio presidente de la República quien insiste en negar que haber desaparecido ese fideicomiso fue una tontería, una enorme, tan grande que costará vidas.  

“No se necesita para cada caso tener un programa, para eso está Bienestar, una secretaría o Gobernación si se trata de víctimas. Existía el programa este que todavía añoran los corruptos, el Fonden. Cuando había huracanes, temblores, sequías… hasta los gobernadores (me decían) necesitamos una Declaratoria de Emergencia porque se les bajaban recursos que no le llegaban a los damnificados, se robaban el dinero, era un medio para obtener moches”, con esas frases y verdades a medias AMLO justificaba desde la mañanera su absurda determinación.  

Nadie niega que el Fonden, como muchos programas de antes y de ahora, tengan fallas en el sistema y efectivamente existan puntos ciegos donde políticos mal nacidos encuentren una mina de oro.   

Sin embargo, hoy por hoy no hay ni un peso del Estado para apoyar a los hermanos de Oaxaca

Es cierto que la sociedad civil en México tiende la mano en estos casos. Ahora mismo centros de acopio, albergues y cuentas bancarias recaudan víveres, medicamentos y hasta materiales para apoyar a quienes perdieron sus pertenencias por el huracán.  

Sin embargo, la obligación es del Estado y en gran medida de la federación. Sus recortes nos acercan más al austericidio que a un estado de bienestar

Para López Obrador hacer un censo con papel y pluma y entregar cheques a quienes dicen vivir en las zonas de desastre es suficiente, pero no lo es

La reconstrucción y volver a activar las zonas afectadas por los desastres naturales requieren mucho más que un cheque por 6 mil pesos.  

El dinero entregado a los pobladores sí le da votos, le suma fanáticos y claro, le permite seguir explotando su falso discurso contra la corrupción, incluso a costa de volver más pobres a los mexicanos y matarlos de hambre.  

Bonita manera de gobernar.