Tendrá fresco en la memoria al Frente de Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y los Volcanes, aquella agrupación que durante casi un año mantuvo tomada la planta embotelladora de Bonafont, en el municipio de J.C Bonilla, en su junta auxiliar de Sta. María Zacatepec, así como la carretera federal que une dicha demarcación con Huejotzingo.
Dicha fábrica se mantuvo tomada hasta que un juez dictaminó su restitución con el apoyo de la fuerza pública, esto para mitad de febrero pasado. Ha habido amagues de regresar a actividades comerciales, desde la extracción de agua para su embotellado, hasta el uso del lugar como centro logístico. Pero casi medio año después, las instalaciones siguen sin operar, con un grupo de seguridad privada resguardando el lugar.
La crisis hídrica nacional es una realidad, decir cualquier otra cosa es un negacionismo, pero los señalados ciertamente no son los actores más relevantes en estas crisis: las actividades industriales.
Estas dirigidas acusaciones son emitidas por grupos locales, pero también por la máxima autoridad del presidente. Eso sí, malpensando pareciera un plan con maña.
Tomemos el ejemplo de la embotelladora Constellation Brands en Mexicali, Baja California, donde mil cuatrocientos millones de dólares de inversión fueron a parar a la basura por una consulta popular de dudosa legitimidad. El gobierno federal forzó la mano de la compañía responsable de la marca Modelo para exportación a EUA, a moverse a Veracruz, donde se obtuvieron de mala manera 14 concesiones de agua para explotación agrícola (3.4 millones de metros cúbicos al año) para traspasarlas a la empresa sin tener que generar permisos adicionales.
Con este movimiento “propuesto”, el presidente logró llevarle al estado de Veracruz, administrado por uno de sus gobernadores favoritos, el morenista Cuitláhuac García, la mayor inversión privada de la entidad en cuarenta años. No saldrán Coronitas ni Pacíficas en al menos tres años, en lo que se construye la fábrica, pero queda como herencia para su favorita en suceder el poder en Xalapa, Rocío Nahle.
Esta maniobra le salió tan bien al presidente que en la mañanera de hace una semana se la vimos repetir. “No se va a producir cerveza en el norte, o sea ya, veda, ¿Quieren aumentar la producción? Todo el apoyo para el sur, sureste, ahí están el Grijalva, Usumacinta, Papaloapan”. Las declaraciones se han visto con recelo y suspicacia en muchas esferas económicas del país, particularmente las del norte.
La especulación se la dejo como hipótesis de trabajo: el presidente quiere ahorcar hídricamente al norte del país para redireccionar la inversión y producción al sur-sureste.
Como muestra, además de estas declaraciones, tenemos los suicidios presupuestales de CONAGUA, que en buena parte han secado las presas y reservas de agua de Nuevo León y fragmentos del noreste.
Otra prueba la tenemos en su declarada intención de asfixiar la región de la Comarca Lagunera, donde se juntan Durango y Coahuila, para lisiar su industria lechera. ¿Para llevarla a dónde? Al sur por supuesto, a la región de Los Ríos, en su natal Tabasco por la Chontalpa. El presidente ha sido claro.
Toda la producción en Nuevo León de cerveza, agua embotellada y sodas –hablando en plan norteño– es menos del 1% de lo que requiere de agua dicho estado. O sea que no va por ahí.
Las cabezas de LALA, Eduardo Tricio, y FEMSA –la embotelladora de Sol, Superior y Coca-Cola– "El Diablo" Fernández, han sido enérgicos contrarios al movimiento del presidente. ¿O sea que va por ahí? Los viciosos ataques a Oxxo’s, parte de FEMSA, por el crimen organizado abonan a la teoría.
Regresando a Puebla podemos ver similares declaraciones. “Si cerráramos todas esas empresas no padeceríamos de agua”. Con esta proclama el frente de pueblos está convocando, este 27 y 28 de agosto, a la Primera Asamblea Nacional por el Agua y la Vida, a ver qué se inventan. Le digo que nunca debimos abandonar el pulque.