Aunque las lluvias que este año cayeron sobre la capital poblana no son considerablemente más que las de otros años, los baches en la ciudad siguen siendo los mismos de cada año.
A pesar de que solucionar ese problema ancestro fue una promesa de campaña, la ciudad hoy por hoy parece un campo minado. No importa si se recorren las calles de juntas auxiliares, del centro, de avenidas principales o de calles secundarias, en todos lados aparece un cráter.
Entiendo que no se trata de una deficiencia gubernamental exclusiva de este gobierno. Los padecimos con Claudia Rivera, con Bank, con Gali y hasta con el propio Lalo Rivera en su primer mandato.
El tema es que campaña tras campaña, trienio tras trienio, nos prometen que ahora sí atenderán el tema de los baches que en temporada de lluvia se vuelven mortales. Pero todos sin excepción incumplen, nos mienten vilmente.
Si realmente es inviable, los aspirantes deberían ser lo suficientemente sinceros para reconocernos que no se acabará con el problema o que las acciones que logren realizar no serán las suficientes para mantener vialidades medianamente transitables.
En esta administración habría que solicitar que el gerente de la ciudad, Adán Domínguez y el secretario municipal de Movilidad e Infraestructura Edgar Vélez Tirado, expliquen por qué es prácticamente imposible recorrer un kilómetro en la capital sin caer en algún agujero.
Es evidente que uno o varios de los responsables de estas tareas no están haciendo su trabajo para tener la ciudad que queremos.
Confiemos en que esta reflexión llegue a los regidores, los relacionados con servicios públicos y obras, también, a quienes se encargan de la hacienda pública, para que destinen partidas presupuestales exclusivas a evitar que esta situación se vuelva a presentar el próximo año.
¿Podrán con el paquete o estaremos repitiendo estas líneas en 2023?
Veremos y diremos.
La 4T y su sangriento legado
La imposición de Evelyn Salgado como gobernadora en Guerrero ayer tuvo uno de sus episodios más trágicos: siete muertos oficiales, entre ellos el presidente municipal de San Miguel Totolapan.
La masacre, que podría tener un saldo de hasta 25 muertos, ocurrió en una sede del Poder Ejecutivo de ese municipio y en la casa particular del edil.
Horas, muchas horas después de la masacre, el gobierno que encabeza la hija de Salgado Macedonio “La Torita” salió a decir lo que siempre se dice en estos casos: que condenan los hechos, que envían las condolencias, que iniciaron investigaciones y que el crimen no quedará impune.
La cantaleta nos la sabemos, la hemos escuchado hasta el hartazgo, y nunca cumplen ni con la impartición de justicia ni con las medidas cautelares para evitar que estos atroces crímenes continúen ensangrentando el país.
No se necesita ser adivino para saber que este jueves el inquilino de Palacio Nacional usará su mañanera para deslindarse de su responsabilidad de darle seguridad al país.
Y mientras él sigue con sus mentiras, en el otro México, el real, los muertos se le siguen apilando.