Algo muy podrido se ha de estar amachinando al interior de las policías municipales de esta Puebla cemitera, pos no dejan de prenderse las alarmas a cada chico rato, cuando sale a la luz el cochinero en que operan, al margen de la mismísima ley.

Resulta que ahora le tocó el turno al municipio de Tulcingo de Valle, donde se registró un verdadero caso de terror, que involucró a los mismísimos azules. Y es que la banda de a pie ya está bien paniqueda por la ola de inseguridad que se vive, pos en cuestión de días se les acabó la poca tranquilidad que les quedaba, poniendo al descubierto tremendo hoyo negro.

Pos cómo no, si durante la madrugada del lunes, a pocos metros de la presidencia municipal, carnales se toparon con un cuerpo desmembrado y, puesto en bolsas, que correspondería a un comandante de la policía.

Es más, el macabro hallazgo se habría tratado del cuerpo de Maurilio Herrera, quien horas antes fue grabado en el Tuister al confesar una presunta multiejecución, que a los valedores de Tulcingo dejó con la sangre helada.

En el mentado video, se le vería contando a detalle cómo habrían sido ultimadas cuatro personas, originarias de aquellos rumbos, que desaparecieron desde el 14 de noviembre. Y ahí no termina la cosa, banda, pos un día después los cuerpos fueron encontrados en un paraje de Huamuxtitlán, en el estado de Guerrero, donde iniciaron las investigaciones de Doña Justicia.

En menos de una semana todo Tulcingo de Valle andaba con la tembladera de piernas a flor de piel, y no es pa’ menos, si ya les daba terror andar por las calles de a solapas.

Tanto así, que hasta los mismísimos azules aplicaron la de “patitas pa’ qué las quiero”, y terminaron renunciando a los cargos, por el temor que también se los cargara la “voladora”.

Por eso, el mismísimo presi municipal, José Edgar García Ramírez, no tardó ni tantito en aplicar la chillona pa’ pedir rondines de la Policía Estatal y de la Guardia Nacional.

Y es que mi chismoso policleto, ya rajó canela que no piensan jugarse la vida, cuando ni la deben ni la temen, pos en Tulcingo a la de a Wilbur se respira el infierno a la vista de todos.

La Netflix, ya urge en chinga ponerle más candados y vigilancia a las policías municipales, pos tragedias como ésta ponen el “dedo en la llaga” de qué tan seguras están las “fantas” y quiénes las vigilan.

Se ve que apenitas se anda destapando la cloaca en Tulcingo, y en una de esas hasta más chifladeras y colusiones con malandros sacará la baraja.

Ahí se las dejo al costo.