Vaya cloaca la que está por destaparse después que se confirmara el santo pleitazo legal que hay con la empresa que se encargó de construir la plataforma de Audi, allá por los rumbos de mis compadres de San José Chiapa.
Y es que Construcciones y Desarrollos Inmobiliarios Santa Fe, se habría pasado de tueste durante las obras de la mentada plataforma, por lo que el gobierno camotero se puso las pilas, pa’ que entregue las cuentas del pasado.
Pos pa’ nadie es un secreto que desde un principio, el proyecto estuvo viciado, lleno de opacidad y trucos legaloides pa’ no transparentar la adjudicación directa.
Cómo no, si ya se puso bajo la lupa cada una de las presuntas artimañas de las que se habría valido, todo a costa de la complacencia de Rafael Moreno Valle, pos fue en sus tiempos cuando se terminó por amarrar el contrato con la Secretaría de Infraestructura desde el 2012.
Y es que ahí no termina la cosa, pos también estaría por caerle la voladora a más de un exfuncionario pitufo, que se quiso ver machín al llevarse su buena tajada a costa de la marmaja del pueblo.
Así como lo leen, mis valedores, y es que mi chismoso albiazul ya rajó chipotle que más de un hijo de su “perpetuo socorro”, ya puso sus barbas a remojar, apenitas supo que podría llegar a las manos de Doña Justicia.
Es más, la tembladera de piernas no es por simples nervios traicioneros, nel, banda, se trataría del verdadero terror al capearle que una de las denuncias penales tiene su nombre y apellido.
Como quien dice, ya no sabe dónde esconder la cara de miedo, nomás de imaginar la chillona que le espera pa’ medianamente tratar de salvar el pellejo.
Y es que por más que busque cobrarle favores a su vieja camarilla pa’ salir al paso, la Netflix, estará bien cabrón que alguien se arriesgue, y más pos el pleito no es con la armadora Audi.
Ojo, banda, pos entre las chicanadas que estarían en la baraja, también resulta hasta fraudes, por lo que se habla que los expedientes están más atiborrados que la fila de garnachas de mi Tía Lucha.
Nomás no es por espantar a los malandros de cuello blanco, pos habrá harta madeja de dónde sacar el “zacatito pal’ conejo” cuando toque el turno a las otras obras faraónicas que dilapidaron el varo del estado.
Ahí de mientras, habrá que ir haciendo la quiniela, pos a todas leguas se ve que este lodazal terminará alcanzando a toda la horda que se llegó a dar una vida digna del Señor de los Cielos.
Voy bien, ¿o me regreso?