La maniobra más importante que hizo el ahora presidente para llegar al poder fue jugar la carta de la moderación. Gracias a políticas y nombramientos AMLO logró atraer grandes grupos electorales que antes lo miraban con recelo. No obstante, a estas alturas del partido, el presidente se ha zafado casi por completo de aquellos resabios moderados.
Una muestra es el gabinete ampliado, donde se han dado hasta veintidós cambios sustanciales, o las cabezas de las secretarías, donde nueve de diecinueve han cambiado titulares. Algunas más de una vez.
Sin embargo, el campo ha mantenido en el timón al mismo capitán, el doctor Villalobos Arámbula, quien es una cuota de aquellos grupos moderados y volcados a la producción industrial del campo. El equilibrio viene con parte de su equipo, como el subsecretario de autosuficiencia alimentaria, Víctor Suárez. Antítesis uno del otro.
En este espacio, hace ya meses, le comentaba las altas posibilidades de un cambio de titularidad, donde subiría el subsecretario, mucho más afín a la visión del campo del ala radical 4T. Parecería que Villalobos presentó su renuncia al presidente hace no mucho tiempo, pero le fue rechazada por el mandatario.
Diferencias ha habido muchas, pero parecería que varias gotas han colmado el vaso.
Por un lado, el presidente ha despotricado fuertemente contra el Servicio Nacional de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), quien ha sido caracterizado como un pretexto para evitar importaciones que “apoyen la economía popular”. A la cabeza de las críticas estaba su titular, Francisco Trujillo Arriaga, quien llevaba casi tres décadas en el puesto, hasta su renuncia la semana pasada bajo las grandes presiones presidenciales.
Su calidad profesional es incuestionable, así como sus capacidades para abrirle fronteras a decenas de productos agropecuarios nacionales. ¿Para cuándo un servicio civil de carrera para el campo mexicano?
Esto sucede en el marco de los planes antiinflacionarios de la 4T, que se toparon con un muro de trámites que evitaban el flujo de muchos bienes agropecuarios. Como prohibir la entrada de carne de res Argentina a México, ya sabe, porque no han controlado la fiebre aftosa. De un plumazo y por decreto el país abrió sus fronteras, por lo que se espera en cualquier momento una andanada de amparos de productores y procesadores.
También está el contexto de la gripe aviar, que comienza a hacer estragos y debería estar controlada por SENASICA, aunque bien se sabe que la dependencia está tullida gracias al presupuesto.
La otra gota, más gruesa, es la discusión por el glifosato y la importación de maíz biotecnológico en el Senado. De pasar la iniciativa que prohíbe estas prácticas agropecuarias quedará ver si el titular de SADER se mantiene en su puesto, intentando detener los embates a la agricultura que alimenta al país, o si cederá y abandonará el barco ante un gobierno que no cesa de improvisar en lo más fundamental de nuestra economía. 90% de honestidad y 10% de capacidad.