En la guerra intestina que se vive en Puebla para hacerse de la candidatura al gobierno del estado, se vale todo.

No importan las leyes, ni los órganos electorales y tampoco los tribunales, en esta guerra se vale absolutamente todo.

Tristemente, lo que se vive en Puebla sólo es un reflejo de lo que sucede a nivel federal con las desbocadas corcholatas lopezobradoristas.

Puebla, al igual que en los otros ocho estados en donde estará en juego la gubernatura, replica con sus suspirantes, las mismas prácticas de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López.

Aquí, en la aldea poblana, Alejandro Armenta, Ignacio Mier y Julio Huerta apuestan por dos factores que les puedan abrir la puerta de la candidatura: posicionamiento y estructura.

Cada uno a su estilo y forma, busca generar esas dos condiciones.

En esa lógica, Armenta parece tener una ventaja irreversible. Su posicionamiento y estructura es el resultado de muchos de trabajo.

Sin descuidar esa ventaja, Armenta alimenta su posicionamiento caminando los distritos y amarrando sus alianzas con sus grupos afines.

Por su parte, sabedor de su clara desventaja, Mier hace lo suyo respaldado por quienes sienten que con un poco de crecimiento y rescatando estructuras olvidadas del bartlismo y morenovallismo, su gallo obtendrá el aval de YSQ en consideración a la lealtad —que no eficiencia— mostrada en San Lázaro.

Y el caso de Julio Huerta está más que cantado. Su incipiente nivel de conocimiento está sujeto a su cercanía con Sergio Salomón, mientras que la estructura no es propia sino del gobernador.

Está claro que las posibilidades de crecimiento de Julio Huerta estarán siempre sustentadas en el ánimo de su jefe político, quien podría cansarse si Huerta no comprende que son tiempos del gobernador y de nadie más.

La comida de los 100 días de gobierno dejó en claro que la delgada línea entre la euforia política y la falta de respeto a la figura del gobernador puede romperse en cualquier momento.

Ahora bien, ¿cuál de las tres estructuras es la más poderosa?

En términos electorales, ninguna.

Las tres suman, pero ninguna garantiza el millón y medio de votos que se requerirán para ganar una gubernatura.

El triunfo depende de la suma de las tres y es ahí en donde se centra el análisis electoral.

La de Armenta es la más sólida y propia. La de Mier tiene como base la aceitada financiera y la de Huerta realmente es del gobernador.

Unas más que otras, pero las tres son volátiles y negociables de acuerdo a las decisiones que tomen los jefes de cada estructura.

Y si la decisión fuera con base en el género y este fuera femenino, las tres estructuras terminarían apoyando a la suertuda candidata designada desde Palacio Nacional.

Y en ese sentido, aplicaría aquella máxima que reza: nadie sabe para quién trabaja.

La tormenta y su trampa mortal

La fuerte lluvia que se presentó ayer en la capital trajo consigo un adelanto de lo que los poblanos padeceremos en los próximos meses.

Inundaciones o encharcamientos en las zonas donde año con año las lluvias causan estragos, cierres del Periférico a la altura de Valsequillo y baches, muchos baches.

Uno no se explica por qué después de meses, casi años, en los que se ven obligados a cerrar el puente de Periférico y Valsequillo cada que llueve para evitar que los vehículos derrapen y caigan, no se ha encontrado una forma para hacer segura esa vialidad.

Sin profundizar en los vicios de su construcción, lo interesante sería que hoy se encontrara -y se implementara- una estrategia para que cuando llueva, los vehículos que suben dicho puente no terminen volcados, al ras del suelo o chocando contra otros.

Tan peligroso como ese punto, resultan los baches, los existentes y los que sin duda saldrán en los próximos días cuando continúen los aguaceros, las granizadas y las lluvias atípicas.

Y aunque desde el 30 de marzo el Ayuntamiento de Puebla arrancó con el programa de bacheo 2023, presumió que se han tapado más de 117 mil baches y ofreció el 2215972764, para reportar cualquier bache, lo cierto es que más de una llanta terminará ponchada.

Estamos claros que es casi imposible, por el costo financiero, tapar todos los cráteres que surgen en las calles de Puebla, pero esperamos que desde hoy las autoridades se apliquen para lograr que esta sea una temporadallevadera” y que no se repitan las experiencias de años pasados donde para avanzar 10 metros tenías que caer en dos baches y esquivar otros cinco.

¿Pondrán manos a la obra?

Veremos y diremos.