A inicios de mes, en Iztapalapa, fue desmantelada una embotelladora pirata del refresco Coca Cola. La operación colocaba al día unas 60 cajas de bebida pirata, testimonio de lo redituable de su sabor único. La operación dejaba unos buenos doce mil pesos diarios, aunque repartidos entre las 10 personas que armaban la banda de huachicoleo gaseoso. Suponemos que la receta era con un concentrado similar, puesto que su fórmula es uno de los secretos industriales más codiciados en la industria. 

Si le ofrecieran robar sin ninguna consecuencia algún secreto de la empresa Coca Cola, es muy probable que se decidiera por hurtar su fórmula secreta. Aunque habría que vender enormes volúmenes para hacerse millonario. La extrabajadora de la refresquera, Shannon You, encontró una opción más fácil.  

El refresco de cola es extremadamente dulce, lo que enmascara los enormes niveles de acidez que también tiene. Es tan ácido que corroería el aluminio de la lata que lo contiene, pero esto no sucede gracias a un plastiquito que recubre internamente la lata. Esto intentó robar la ingeniera china. Una invención valuada en más de 2 mil millones de pesos

Y es importante su nacionalidad. Ya que esto lo hizo en coordinación con su beca de el Plan de los Mil Talentos, el más exitoso de los doscientos planes de reclutamiento de talento que tiene el gobierno chino. 

La premisa es sencilla. Los chinos –y descendientes de chinos– pululan los grados académicos más altos de las universidades más prestigiosas del mundo. Así como en puestos de relevancia en empresas de todo tipo. Vamos a atraerlos a estudiar, desarrollar y trabajar acá, con grandes estímulos financieros, y si de paso se vienen con uno o dos secretitos industriales pues ya qué. 

Con ese programa se han robado desde secretos de motores de jets hasta 150 científicos de programas nucleares gringos. El robo del recubrimiento de plástico fue frustrado por el FBI, lo cual no sucede seguido. La mayoría de los robos son notados hasta que se topan con la versión china, nunca mejor dicho. 

En México casi un cuarto de millón de estudiantes está cursando una especialidad. El talento se desarrolla, especialmente en la academia. Una población nacional de apenas 400 mil graduados de doctorado para un país de nuestro tamaño nos dice que no estamos desarrollando suficiente. Pero, ¿y si los importamos del norte?  

Estados Unidos nos genera al año 16 mil graduados de ascendencia latina de las mejores universidades del mundo. Allá hay más de 4 millones unidades de negocios propiedad de latinos. Y uno de cada cuatro trabajadores en la Unión Americana es de nuestro color. Estamos en todos lados y sabemos de todo. 

Este primer trimestre del año los paisanos nos han mandado más de 200 mil millones de pesos en remesas, aunque su impacto pudiera ser muchísimo mayor si regresaran a México a invertir en lo que han conocido y aprendido. Ya el presidente dijo que el sueño americano se ha convertido en el sueño mexicano, por las (sic) fantásticas condiciones que se viven en el país. Compartamos los sueños de opio.