La Universidad Iberoamericana de la ciudad de México canceló una exposición fotográfica del maestro Carlos González Frey que iba a ser inaugurada el pasado 16 de noviembre del 2023 y que incluía motivos taurinos.

La IBERO informó que suspendía la exposición porque "promueve el respeto a todas las formas de vida" (sic). El curador, Hugo Martínez Gómez, escribió en su cuenta de X (antes Twitter): "me siento agredido y decepcionado de mi universidad. La intención era entablar diálogo y reflexión sobre la belleza de la fotografía en un evento cultural como lo es la corrida de toros".

La IBERO es una institución con más de 80 años de creación confiada a la Compañía de Jesús. Su misión es "Contribuir a la formación de personas libres en la excelencia humana integral para la construcción de una sociedad más justa, solidaria, libre, incluyente, productiva y pacífica mediante el poder transformador de la docencia, la investigación y la vinculación en estrecho contacto con la realidad global de nuestro tiempo".

Para lograr la misión, la IBERO cancela el diálogo y niega a sus alumnos la posibilidad de apreciar el arte. ¡Menuda contradicción!

Benigno Blanco Rodríguez, presidente del Foro Español de la Familia, explica que "el siglo XXI es una época de pensamiento débil. Se rechaza cualquier pretensión de verdad objetiva (…) Las grandes certezas sobre Dios, el hombre y el mundo que han definido a todas las civilizaciones, han sido sustituidas por convicciones subjetivas, suaves y adaptables".

Rusell Ronald Reno, profesor de ética de Creighton University, complementa que es "el fruto de un miedo colectivo y consciente a las verdades fuertes, como si estas implicasen necesariamente violencia e imposición".

La cultura woke, el animalismo y el transhumanismo son las modas que animan a lo políticamente correcto. Estos movimientos a los que la IBERO se adscribe cancelando una exposición de fotografía tienen en común "una renuncia apriorística a intentar comprender la singularidad del ser humano, el esfuerzo racional por entender la naturaleza humana y su valor como fuente de seguridades éticas".

Las tendencias que provocan esta idea de ser políticamente correctos, como lo ha argumentado Javier García Gibert, "buscan socavar todo cimiento y toda metafísica que permitan sostener, por abajo y por arriba, cualquier relato legitimador de sentido".

La tauromaquia está en el centro del humanismo cristiano que quieren destruir y que engloba principios como la dignidad humana y la libertad individual. Un humanismo que durante siglos en Occidente ha construido un estado de derecho que busca defender la libertad.

El instrumento de la guerra en contra del humanismo cristiano, contra el diálogo y la razón se llama "cultura de la cancelación".

Como lo demuestra la IBERO, tienen que cancelar todas aquellas circunstancias que se identifican como agresivas para su identidad woke.

Esto explica la censura a autores, el derribo de estatuas, las campañas en redes sociales contra quienes no consideran políticamente correctos y ahora la suspensión de exposiciones artísticas.

El animalismo, el transhumanismo y la cultura woke son una apuesta por destruir a la razón clásica, a la ética y a las raíces cristianas de Occidente. Por eso es tan lamentable lo que sucedió en la IBERO el jueves 16 de noviembre del 2023.

Es una contradicción de sus propios principios, pues ellos mismos dicen formar alumnos "con una visión humanista", misma que con sus acciones pretenden eliminar.

Noelle Mering, en su libro "Awake, Not Woke: A Christian Response to the Cult of Progressive Ideology" (en español lo tradujeron como "El dogma woke: Una respuesta cristiana ante la ideología de moda") escribe categórica un mensaje que parece remitido al Rector de la IBERO y a quienes cancelaron la exposición del maestro González Frey: "La ideología woke se ha filtrado e instalado como veneno en la médula y los tejidos de una serie de personas desprevenidas. Corrompe el cristianismo al convertirlo en una religión sin justicia, sin misericordia y, en última instancia, sin Cristo. Nos lo estamos jugando todo. Empecemos a ponerle nombre".

Lo que está en juego ante actitudes como las de la IBERO y la contradicción a su propia tradición y valores no es la corrida de toros, ni el arte de la fotografía, lo que están queriendo amenazar es la cultura humanista de Occidente.