La guerra en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) ha empezado.
Y la ha iniciado Alejandro Carvajal.
El morenista, contrario al mensaje y llamado de unidad de su virtual candidato a la gubernatura, Alejandro Armenta, se ha ido por la libre y se la está pasando por el arco del triunfo.
La desesperación no es buena consejera.
Todo porque en las encuestas nomás nunca subió y ya le ganaron las prisas.
Se habla en los corrillos políticos que anda abajo hasta por dos dígitos.
Claro, a Claudia Rivera Vivanco, también le conviene y se ha unido a las protestas de que el elegido debe ser “morenista de nacimiento”.
A ella los negativos en las encuestas es lo que más le afecta.
Por eso se unió.
Sin embargo, se dice que la decisión ya está tomada.
Y es que Pepe Chedraui encabeza las encuestas y tiene menos riesgo de derrota, al igual que en el caso de Armenta.
Por eso empezó una cargada a su favor de morenistas de cepa.
Así de simple.
Ahora, también se dice que la prórroga para la designación oficial del defensor de la 4T para la capital de Puebla es simplemente para dar tiempo a las negociaciones y aplacar a los rijosos.
Lo cierto, es que Alejandro Carvajal, está tratando de mover cielo, mar y tierra, para lograr ser el candidato, aunque no le alcancen los números.
También sin importarle el riesgo en que está cayendo su partido, sobre todo en Puebla capital, que no hay que olvidar, está en manos del panismo y no será nada fácil recuperarlo.
Más si se le suma que de este impasse, el único beneficiado podría ser el próximo candidato de la coalición del PAN-PRI y PRD, Mario Riestra Piña.
O sea que la guerra y división del morenismo por Puebla capital, sólo beneficiará a los de enfrente.
A río revuelto, ganancia de pescadores.
Tiempo al tiempo.