En 1987 llegó Jorge de la Vega Domínguez a Puebla, entonces presidente nacional del PRI, a un evento en el estadio Cuauhtémoc ante unas 50 mil personas.
El recinto estaba tan lleno que incluso el Estado Mayor no dejaba pasar al gobernador Mariano Piña Olaya. De este calibre era la fuerza del líder priísta nacional.
Varias décadas después llegó Alejandro "Alito" Moreno a un evento que sólo llenó el patio del Comité Estatal, en medio de la peor crisis en la historia del partido.
El evento hizo recordar al PRI de la hegemonía, ese que ahora se quedó sin representantes en el Poder Legislativo local. (FSN)
Un barco en picada
Dicen los que saben que la masiva fuga de los diputados priistas de su partido no será la última.
Continuará la desbandada de alcaldes, regidores y hasta el barrendero.
¿Apagará la luz pronto Néstor Camarillo desde el Senado? (JC)
El fantasma de Montalvo
Como un fantasma, la priísta Sandra Montalvo llegó a la sede estatal del PRI para la unción de Eduardo Rivera Pérez como candidato a la gubernatura de Puebla.
Pese a que intentó esconderse, todos la vieron entrar queriendo pasar inadvertida.
Hay que recordar que Montalvo fue balconeada frente a periodistas por el dirigente estatal Néstor Camarillo Medina por no acudir a las asambleas, pero sí querer ser protagonista de su partido.
Cuando trató de saludar a "Alito" Moreno no pudo. (JAM)
En busca del perdón y del olvido
Si se han preguntado por qué el exlíder del sindicato del Colegio de Bachilleres, Moisés Guerrero Gutiérrez, no está preocupado por rendir cuentas después de que terminó su gestión, la respuesta es fácil.
Toda su familia, encabezados por su hermano Alberto, están en el equipo del aspirante a gobernador por Morena, Alejandro Armenta Mier, quien ya sumó a sus sobrinas, hijas de Moisés.
Por eso, esperan que el perdón y el olvido lleguen pronto. (SVC)