Historias de mujeres y hombres que llevan años dentro de un penal sin contar con una sentencia, son más comunes de lo que se desearía.

Independientemente de si hay pruebas o no en su contra, 6 de cada 10 personas que hoy se encuentran recluidas en Ceresos municipales, estatales o federales carecen de una sentencia que les obligue a permanecer privadas de su libertad.

Es una verdad que duele. Datos de los Censos Nacionales de Sistemas Penitenciarios en los ámbitos federal y estatal (CNSIPEE-F) 2024, señalan que en Puebla, 56 de cada 100 Personas Privadas de la Libertad (PPL) no tienen una sentencia.

Y de esta indignante y dolorosa realidad se han querido colgar, por ignorancia o con pleno conocimiento de sus cuentos chinos, algunos morenistas.

Los lopezobradoristas acusan sin conocimiento jurídico -en el mejor de los casos- y sin argumentos, al Poder Judicial Federal de un tema que, en la mayoría de los casos, no le compete.

Las puertas giratorias, la tardanza en los juicios y la falta de sentencias son temas que no pasan por el Poder Judicial Federal, en la mayoría de los casos, porque claro que existen delitos federales.

El alto número de PPL no sentenciados está en manos de jueces del fuero común.

Venganza de AMLO

Si el móvil real de una Reforma Judicial estuviera en mejorar la impartición de justicia por parte de los jueces, tendría que iniciarse una revisión de abajo hacia arriba, no por elección sino por capacidad.

La primera instancia, el fuero común, sería el primer eslabón a evaluar. Sin embargo, es evidente que no existe el menor interés en mejorar la impartición de justicia en nuestro país. Lo que realmente se busca es consumar una venganza personal del presidente, Andrés Manuel López Obrador, a quien durante seis años, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) le impidió atentar contra la Constitución. Ese resentimiento es el verdadero móvil de la Reforma Judicial.

Ante ello, las hueste morenistas tendrán que hacer malabares para sostener el capricho y sumarse a la campaña de desprestigio del Poder Judicial para justificar este linchamiento contra jueces, magistrados y ministros.

Ahora se entiende porque los representantes de la 4T insisten en decir verdades a medias o, dicho en sus palabras, exagerar, temas tan delicados como la sobrepoblación en las cárceles por falta de sentencias o la liberación de delincuentes que usan las entradas de los Ceresos como puertas giratorias.

¿Confiarán los morenistas en que el “pueblo buenono cuestionará sus argumentos?