La resolución que ayer tomaron los magistrados de la Sala Superior del TEPJF para anular los triunfos electorales de Juan Lira, en Chignahuapan, y Marco Valencia, en Venustiano Carranza, es el claro ejemplo de lo que sucederá en México, en los próximos meses con el Poder Judicial Federal.
En este, como en otros espacios de Intolerancia Diario, dijimos desde un inicio que ambos candidatos eran impresentables, incluso pusimos luz sobre los señalamientos por posibles actos delictivos cometidos por Juan Lira.
Sin embargo y pese a ello, sus respectivos partidos, Fuerza por México y Acción Nacional, decidieron respaldarlos y mantenerlos en las planillas.
Las elecciones en ambos municipios fueron un horror. Hubo incontables casos de violencia, amenazas, agresiones, quemas y hasta abandono de paquetes electorales. No había elementos para declarar la validez de la elección en ninguno de los dos Ayuntamientos, fue el informe del IEE.
Después la Sala Regional toma otros criterios y pide que se les extienda su respectiva constancia de mayoría y con ella en mano, los -hasta hace unas horas- alcaldes, se fueron felices.
Una hora antes de que rindieran protesta, el Tribunal local decidió, que pese a ser tema juzgado, no serían alcaldes y les anuló el triunfo.
Los exediles rindieron protesta mientras el Congreso votaba a los Concejos. El caso regresó, por una impugnación, a la federación. La Sala Regional dijo que debía respetarse el triunfo e incluso pidió al tribunal local una explicación de su intromisión.
Morena se volvió a inconformar y en la última instancia, el TEPJF le dio la razón y les retiró los triunfos.
Esta novela es resultado de la descomposición de la justicia, al desbaratar a los órganos electorales. Para nadie es un secreto que el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ya son pro 4T.
Ahora resulta que además de ganar la elección, los candidatos le tendrán que caer bien a los Ejecutivos o a los líderes morenistas para evitar que les arrebaten sus triunfos.
Insisto, aquí nadie está defendiendo a los candidatos. Ese es tema aparte y fue responsabilidad de los partidos mantenerlos al frente de la contienda.
Sin embargo, lo que vimos en los tribunales electorales para estos dos casos, son el vivo ejemplo de lo que sucederá en materia judicial en asuntos de materia civil, administrativa, laboral y hasta penal, siempre que esté de por medio el interés del Estado. Entiéndase por Estado a Morena o la 4T.
Como ya lo he escrito, más allá del oscuro historial de los candidatos, la realidad es que ganaron la elección.
Sin embargo, el IEE, el TEEP y el TEPJF se convirtieron en ministerios públicos y jueces del fuero común, para resolver un asunto meramente electoral.
Lo que ayer vimos en el Tribunal Electoral es sólo una muestra de lo que viene: excesos del poder y distorsión de la ley.
Y si lo hicieron con dos municipios del tamaño de Chignahuapan y Venustiano Carranza, vayan imaginando lo que harán cuando estén en juego las gubernaturas y la Presidencia de la República.
Ahí está el verdadero peligro para México.