Ataviados con un uniforme deportivo similar al de Lionel Messi, un conjunto de niños y adolescentes estrenaron ayer la cancha de la Unidad Deportiva Fovissste. Corrieron y se derraparon con la agilidad y el disfrute que sólo se tiene a su edad.
A Fernando Maldonado y a mí nos dieron chance de tirar un par de penales. Ninguno de los dos pudimos vencer a la jovencita que resguardaba la portería. La que más se acercó al gol fue la alcaldesa de Acatlán de Osorio, Lupita Bárcenas, quien, zapatillas en pie, terminó mandando el balón al poste.
Después vino el momento ciudadano. Ante los asistentes de la Mixteca, el gobernador propuso que se prohibiera la venta de bebidas alcohólicas en ese espacio deportivo, a fin de mantener la sana convivencia en el sitio. Todos los vecinos aprobaron.
La gira de ayer del gobernador Salomón incluyó seis puntos. En todas se realizó la entrega de obras.
A diferencia de los capitalinos, quienes habitan en esa zona de Puebla tienen perfectamente dominadas las estrategias para asistir a eventos y no morir en el intento, pese al aplastante sol de la mixteca y los inacabables mosquitos.
Las 300 techumbres que se colocarán en las escuelas, como la que ayer fue entregada, evitarán que los estudiantes se desmayen, se deshidraten o sufran golpes de calor, en zonas como esa, donde la temperatura ronda, un día cualquiera, los 40 grados centígrados.
En Acteopan, Salomón entregó un puente, una de esas obras que desde la capital llamamos “pequeñas”, pero que a nivel regional cambian vidas.
El testimonio, espontáneo, lo dio una mujer de avanzada edad que casi en susurro y notablemente emocionada, le externó al gobernador lo que ese paso -hoy vehicular- representa para ella, más allá de comunicar a dos localidades, la de San Felipe Toctla y Acteopan.
La señora era muy bajita, yo creo que difícilmente llegaría al 1.20. Con la voz entrecortada y los ojos llorosos le confesó que siempre soñó con ese puente. Que pensó que no lo iba a alcanzar a ver y que le agradecía que se hubiera acordado de ellos porque ningún gobernador lo había hecho.
En ese paso, que antes era peatonal, los pobladores rezaban para que el rechinar de la estructura no fuera el anuncio de una desgracia.
Si intentaramos colocarle un número, la entrega de todas las acciones de ayer suman 100 millones de pesos, una cifra que podríamos considerar “pequeña”, pero insisto, eso nos permite ver la importancia de realizar obras que realmente resuelvan y mejoren la vida cotidiana de quienes viven lejos de los reflectores de la capital o de las grandes ciudades.
En la gira también hubo espacio para la política. El gobernador refrendó ante los alcaldes que tiene un compromiso igualitario con todos, incluso con aquellos que ganaron, postulados por partidos políticos diferentes a Morena.
En 12 horas recorrimos desde la zona limítrofe de Puebla con Oaxaca hasta las colindancias con Morelos, pasando por las divisiones entre nuestras tierras y las de Guerrero. En todos estos puntos, Salomón llamó a los padres de familia a mantener a sus hijos lejos de la llamada narcocultura.
En el camino, Sergio habló del cierre de su administración y confesó el alivió que sintió al poder entregar la nueva sede del Congreso.
Sobre su paso por la labor legislativa, reconoció que lo más difícil fue descubrir cuál era la mejor estrategia para mantener una sana relación con los medios.
En resumen, la entrega masiva de obras terminará por ser un enorme aliciente para un mandatario, que, como todos, está bajo la constante crítica por temas de inseguridad, tensiones políticas y sociales, recortes financieros y un sinfín de pendientes. En contraste, en sólo dos años Salomón ha entregado más obras que algunos de sus antecesores y eso es un logro.