En el marco del aniversario de nuestra Constitución Política, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que enviará dos iniciativas, la primera para evitar casos de nepotismo y la segunda para terminar con la reelección de alcaldes y diputados, que hoy se permite.
Como en todos los casos, las marejadas guindas salieron a respaldar el anuncio presidencial, precisamente por eso, el silencio de Nacho Mier o Luisa Alcalde sorprendió.
Claramente estas reformas, que contarán con el respaldo necesario en el Congreso de la Unión, son misiles que se estrellan contra los intereses de estos dos personajes.
De acuerdo con lo que la propia Sheinbaum ha externado, la reforma busca evitar casos como los de la hoy alcaldesa de Jonotla, Jael Peña Lobato, quien sucedió en la presidencia municipal a su esposo, Gerardo Méndez Barrera, después de que él se reeligió.
La ley también limitará, de acuerdo con los dichos de la presidenta, que hijos, hermanos y padres sean “sucesores” del poder. En el caso de la familia Mier, esto acortaría notablemente los cargos públicos que Nacho, Daniela y Nachito ostenten.
Rescatar el origen de la Carta Magna y el slogan de “sufragio efectivo, no reelección” también nos evitará casos tan deplorables como el del diputado morenista, Saúl Huerta, quien se reeligió para mantener el fuero tras las primeras acusaciones por agresión sexual contra menores de edad.
Habremos de esperar las letras chiquitas de las reformas, porque ya se sabe que el diablo está en los detalles, pero de inicio, más de un poblano tendrá que poner sus barbas a remojar.
Adiós a Carlo Pini
Ayer nos enteramos del sensible fallecimiento del periodista poblano con profundas raíces italianas, Carlo Pini Riobó.
Carlo inició su carrera periodística en el periódico El Financiero en 1988, desde entonces mostraba un humor ácido. Seis años después, en 1994 ingresó a Radio Tribuna, donde tuvimos la oportunidad de coincidir y hacer un programa especial para el Mundial que ese año se realizó en Estados Unidos.
Carlo tuvo la habilidad de hacerse amigo de personajes como el exgobernador Mariano Piña Olaya, un hombre duro al que sólo él podía hacer sonreír.
El deporte no fue su única fuente. En el año mundialista fue enviado especial a Chiapas, donde cubrió el levantamiento zapatista, lo que le permitió ampliar sus lazos con medios nacionales.
Hace más de dos décadas decidió dejar Puebla y adentrarse en las historias nacionales. En varias ocasiones me permitió acompañarlo a las instalaciones de El Universal, en la Ciudad de México, en donde él trabajó antes de cambiar de esquina y sumarse a las plumas de Excélsior.
Pini Riobó era el redactor de Frentes Políticos, la principal columna del decano de los periódicos en México.
Hace relativamente poco regresó a Puebla, decía que deseaba tener una vida un poco más relajada. Ayer, el amigo de muchos periodistas, partió.