El sistema democrático que tenemos en nuestro país aún debe adaptarse y perfeccionarse. Y es que se ha privilegiado más lo “electorero” que lo electoral, pensando que el desarrollo y la participación ciudadana serían suficientes para sacar adelante al país cobijados bajo la bandera de la democracia. No ha sido así.

Nuestro país vive hoy agraviado por la creciente y lacerante inequidad social, por la dramática inseguridad y por la extendida impunidad reflejada en la falta de transparencia y rendición de cuentas. La política está devaluada y los políticos –sin importar siglas ni colores- se encuentran en el sótano en cuanto a confianza y credibilidad ciudadana, siendo siempre el término empleado como sinónimos de corrupción y abuso.

El sistema político mexicano ha caído en una espiral negativa de cara a la opinión pública al ser cuestionado por la ausencia de espacios abiertos y disponibles para la participación ciudadana y por la evidente preeminencia de intereses sectarios sobre las legítimas necesidades de la mayoría de los mexicanos.

La sociedad reclama hoy con voz firme atender de manera inmediata y eficaz el desafío de recuperar esa tan añorada paz social para así poder garantizar el bienestar general, el goce de sus derechos y la recuperación de sus esperanzas e ilusiones.

México reclama un cambio urgente, el cual se está viendo reflejado en una imparable movilización a través de las redes sociales y los espacios públicos para reclamar un cambio de rumbo que lleve al país a un desarrollo integral en el que todos tengamos cabida.

Hoy, las mexicanas y mexicanos exigen que las instituciones públicas den resultados concretos e inmediatos a ellos y sus hijos. Ya no les vale emitir un voto cada seis años. Es por ello por lo que los gobernadores y la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) hemos demostrado nuestro compromiso y visión para construir una democracia ciudadana en la que todos seamos parte de ella y exista una justa distribución de los recursos públicos.

A ello respondió el diálogo que sostuvimos con la secretaria de Gobernación, Dra. Olga Sánchez Cordero, el pasado miércoles, demostrando responsabilidad y compromiso con la sociedad de las entidades federativas que gobierna el PRI.

Estamos trabajando incansablemente con la intención de transformar el sistema político mexicano para hacerlo socialmente responsable y que pueda garantizar los derechos fundamentales de la población, tales como la seguridad, la igualdad, la justicia y el bienestar común. Por ello, se hace imperativo propiciar un golpe de timón que cambie nuestro rumbo y nos saque de las actuales aguas turbias para llevarnos a un mar más diáfano donde todos nos podamos ver reflejados.

Para el PRI la democracia no se reduce al juego electoral. Al contrario, para el partido tricolor la democracia solo será plena en tanto que pueda empoderar a la sociedad para promover una agenda social fundamentada en los principios de igualdad y justicia social, tal y como lo ha afirmado el Maestro Emérito de la Facultad de Derecho de la UNAM, don Sergio García Ramírez, al hablar de la Democracia Integral.

Presidente Nacional del PRI