Esta madrugada —diez de la mañana, hora de España—, el obispo Juan de Palafox y Mendoza fue beatificado en la catedral del Burgo de Osma, tras un largo proceso para llevarlo a los altares.
El prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato, fue el encargado de leer la carta apostólica en que el papa Benedicto XVI beatifica a Palafox y Mendoza.
El pasado 24 de mayo tuvo lugar la exhumación de los restos mortales del que fuera obispo de Puebla, los cuales se introdujeron en una urna que ha sido llevada hasta el nuevo altar de mármol en la Capilla de la Inmaculada, donde descansarán para la veneración de los fieles.
Algunas reliquias del ahora beato fueron colocadas en el relicario que se usó en la ceremonia de beatificación; una parte de ellas fueron trasladas a la parroquia de Fitero —patria chica de Palafox— y a la arquidiócesis de Puebla. Con la beatificación se cerró un proceso iniciado en 1666 en el Burgo de Osma.
Asistieron a la ceremonia unos 40 obispos, entre ellos el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela; el prefecto de la Congregación Vaticana para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; el cardenal Antonio Cañizares Llovera, el arzobispo de Ciudad de México, Norberto Rivera Carrera y el arzobispo emérito de Sevilla, el cardenal fray Carlos Amigo Vallejo. (Agencias)
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