Esta no es la primera vez que el evangelista estadounidense predice el fin del mundo como lo conocemos, ya que en 1994 calculó que el fin de los tiempos tendría lugar entre el 15 y el 17 de septiembre de ese año.
Desde aquella fallida estimación el predicador se dedicó a estudiar los textos bíblicos analíticamente y concluyó que decimoséptimo día del segundo mes en el calendario bíblico sería el 21 de mayo de 2011.
Afortunadamente para el mundo, y penosamente para el párroco, las horas pasaron y no se reportaron incidentes en ningún punto del globo.