Atrás quedaron los reflectores, flashazos, visitas de altos funcionarios estatales o federales a los damnificados en San Martín Texmelucan, quienes volvieron a su realidad de pobreza y abandono, pero ahora con muchas más necesidades derivadas de la inundación.

El agua bajó su nivel y dejó fraude, abusos, abandono, hacinamiento y aún más pobreza extrema, lo que sigue perjudicando a damnificados de las inundaciones a un mes exacto del desbordamiento del río Atoyac.

Pero el clamor, sigue siendo el mismo: la reubicación, de la que están dispuestas cientos de personas que sintieron en algunos casos la 
muerte muy cercana, por lo que el temor es latente.

En un recorrido de Intolerancia Diario por la zona afectada, tanto comerciantes, como vecinos, se quejaron de que ya fueron abandonados por las autoridades, sin que se les presente tan siquiera un programa de reubicación.

Mientras, hubo vivales que aprovecharon la situación y lograron apoyos aunque no los necesitaban, otras familias de muy escasos recursos, se quedaron esperando la preciada indemnización.

Por lo tanto, familias completas viven hacinadas con familiares o amigos, mientras ven como su escaso patrimonio se destruyó completamente y siguen en el abandono por falta de dinero.

En tanto cientos de personas, que aunque recibieron indemnización económica y en especie, viven en la zozobra de su futuro, ya que se quedaron continúan poder reiniciar sus trabajos, tras las graves pérdidas.

Este martes 24 de julio, se cumple un mes de la inundación que afectó a más de mil personas que viven a la orilla del río Atoyac a lo largo de la ciudad de San Martín Texmelucan, lugares donde impera la pobreza y el hambre.

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