En un recorrido de Intolerancia Diario por la zona, vecinos y empresarios coincidieron en señalar que la obra les ha generado grandes problemas, desde conflictos viales, hasta la crisis económica de establecimientos.
A pesar de que hace más de dos semanas se inauguraron las obras del sistema RUTA, dicha zona continúa cerrada al paso vehicular lo que ha generado muchas molestias a los vecinos y hasta cierres de establecimientos.
Comercios y daños
La promesa que se les hicieron a vecinos de la colonia Amor, es que los trabajos durarían tres meses, pero al día de hoy, se han cumplido cerca de nueve meses sin que se vea cuando se abrirán las calles nuevamente.
La gasolinera ubicada justo en la esquina de la avenida Reforma y bulevar Norte, tuvo que cerrar sus puertas desde el mes de agosto, por lo que se dieron de baja a más de seis personas.
Mientras tanto las bombas de gasolina están de adorno y el sitio es utilizado por algunos automovilistas para estacionamiento.
Unos metros más adelante, el negocio denominado Tapetto —donde se venden artículos para decoración como alfombras y tapices— sus ventas han caído hasta en un 80 por ciento, refirió personal de la empresa.
Una de las encargadas, quien pidió anonimato, en entrevista señaló que no solo se ha dañado la economía del negocio, sino que el mismo edificio sufrió afectaciones, las que están subsanando ellos mismos.
Su edificio de la 2 Poniente 2915, justo en la zona de obras, está siendo remodelado, luego de que por la maquinaria pesada ha sufrido grandes afectaciones en su estructura, donde se tuvo que tirar el azulejo que lo decoraba.
Pero los gastos de la remodelación corren a cargo del mismo Tapetto, ya que no confían en los largos trámites burocráticos para que la empresa constructora, en este caso Cemex, se haga responsable.
—¿Cómo les han afectado las obras?
—Al principio vinieron varios funcionarios o arquitectos informándonos que iban a meter la obra del metrobús y que tenían que ampliar la calle en una obra de tres meses, eso fue en la primera semana de junio.
”Nos taparon con tablas todo el frente del negocio y cerraron todas las calles adyacentes, desde el primer instante nos empezó a afectar en las ventas, se vinieron para abajo hasta un 80 por ciento.
”Para cargar las camionetas de lo poco que se vendía, los muchachos tenían que cargas muchas calles hasta donde podían estacionarse.”
Por fortuna para los empleados, Tapetto absorbió todas las pérdidas económicas y no despidió a ninguna de las más de 40 personas que trabajan en el lugar. Aunque la situación no está nada fácil y no saben cuánto tiempo más podrán seguir aguantando sin correr gente.
La empleada indicó que con la obra les quitaron su lugar de estacionamiento en batería, por lo que tuvieron que quitar sus aparadores para instalar una pequeña zona de estacionamiento de apenas cuatro cajones, para dárselos a sus clientes.
“Nos afectó mucho, porque si consideramos que desde junio, hasta enero nos fuimos a ocho meses de los tres prometidos, decían que a mediados de septiembre, en broma dijimos que daríamos el grito de felicidad, pero no, hasta ahorita seguimos esperando.”
Recordó que hace más de una década sufrieron con la construcción del distribuidor vial Juárez Serdán, la que duró en la zona un año y medio, donde estuvieron bloqueados.
“Para decir la verdad el distribuidor vial no nos sirvió a los comerciantes para nada, los negocios se murieron y decían que las molestias eran momentáneas, pero los beneficios iban a ser parea siempre.
”Ahora estamos hablando de lo mismo, ya nos la sabemos, no habrá beneficios para los comercios”, sentenció.
Indicó que la empresa se ha tenido que endeudar con los bancos para salir adelante y no cerrar sus puertas, además de rehabilitar el edificio afectado, donde ya se han gastado más de 50 mil pesos y no concluyen.
“Empezó a funcionar el metrobús por la parte de abajo, pero por arriba es el momento en que no abren las calles, seguimos bloqueados”, dijo al señalar que la excusa es que iban a colocar dos lámparas.
“Apenas las pusieron, y ahora que porque hay unos hoyos de Telmex abiertos desde hace más de 10 días, los que no se cubren, por esos hoyos según nos dicen los que construyen, no pueden abrir a la circulación.
”Qué bueno, en verdad, qué bueno que Puebla se modernice, que avance, pero qué no piensan siquiera por un minuto el perjuicio que le hacen a los negocios por no hacerlo bien.
”Nos hemos endeudado más y más y más, con bancos y proveedores, y es que a veces pasan 4 horas y ni una mosca se para, ¿qué no piensan en la fuente de trabajo?, esto ha generado desempleo también, aparte de sus beneficios.”
—¿Por qué no pidieron que la empresa constructora o el gobierno resarciera los daños?
—Cuando tuvimos daños por la construcción del distribuidor vial metimos sinfín de oficios, porque nos tiraron un anuncio. Luego de cerca de un año de pelear finalmente nos pagaron como 10 mil pesos, y la destrucción costó más de 40 mil ¿tu crees que vamos a pelear de nuevo?
“Preferimos pagar a perder el tiempo, siempre te dan lo que quieren y lo que ellos mismos evalúan.”
Los vecinos
Vecinos inconformes de la colonia Amor, señalaron que son muchos los problemas generados por la obra, ya que se ha incrementado la inseguridad por estar cerrados y ahora viven desde asaltos, hasta robos de auto partes.
Margarita Sierra, integrante de la mesa directiva de vecinos de la colonia Amor, señaló que las afectaciones a los vecinos ha sido constante desde que iniciaron las obras, ya que hasta el alumbrado les quitaron, lo que convirtió a la zona como peligrosa.
Asimismo señaló que la falta de señalética con las desviaciones por las obras y falta de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad, han derivado en incontables percances automovilísticos, amen del conflicto vial a diario.
“Aquí roban los espejos, las llantas o se los rayaron, pequeños problemas que también afectan, aunque también existen vecinos que se les han cuarteado sus muros de sus casas y aquí nadie se ha acercado a ayudarnos”, dijo la representante vecinal.
Señaló que sobre la 2 Poniente y bulevar Aarón Merino Fernández, cuando llueve se inunda la zona hasta medio metro, luego de que cambiaron el drenaje por uno angosto, por lo que al haber obras trataron de que lo cambiaran, pero nadie les hizo caso.
Asimismo, existe un gran conflicto vial en la zona del hospital del IMSS San Alejandro, justamente en la esquina de la Diagonal de la 10 Poniente, la calle del mismo nombre y la Gran Avenida, donde convergen tres vialidades sin semáforos o agentes viales que coordinen.
En estas calles los automovilistas invaden en todo momento el carril confinado para el metrobús, ya que no tienen otra opción, sobre todo los que bajan de la Diagonal de la 10 Poniente y van rumbo a la Gran Avenida.
Unos metros más adelante, desde la Gran Avenida a la Diagonal, las afectaciones a los vecinos son distintas, ya que en estas dos calles quedó la obra del metrobús en medio de dos carriles para vehículos particulares.
En esta misma calle se registró el segundo accidente de un metrobús apenas unos días de haberse puesto en marcha, luego de que colisionaron una camioneta particular y la unidad del transporte público.
Ahí el problema es que la gente que ahí vive no puede meter tranquilamente sus automóviles a sus cocheras sin bloquear el paso de los demás vehículos, lo que ha generado gran conflicto vial.
“Aquí metemos por lo menos cuatro carros y no tienen hora para llegar porque trabajan, afecta porque se paran para entrar, hasta pusimos el portón eléctrico, tienen que tapar la calle, sino ni modo que volando entren”, dijo Miriam Ponce Gómez.
“En realidad fue una cosa que beneficia a muchos, pero aquí a los vecinos les afecto y el señor gobernador no tuvo atención para decirnos como podíamos hacerle para que no nos afectara”, refirió la persona de la tercera edad.
Detalló que paras evitar más problemas con automovilistas, ya que incluso una vez iban a llegar a los golpes con unos taxistas, tuvieron que instalar el portón eléctrico donde gastaron más de 7 mil pesos.
Asimismo, dijo que cuando se realizaron la obra, rompieron un tubo de agua potable, pero para evitar trámites largos, optaron los vecinos por pagarle a un plomero mil 500 pesos para que lo reparara.
Además, las rutas de transporte público fueron desviadas, por lo que ahora los usuarios tienen que caminar hasta cuatro calles para poder subirse a las unidades, refirió Zenaida Tovar Torres, dueña de una miscelánea.
A esta persona también se le cayeron las ventas en su negocio, ya que no se detienen los automóviles, pero su mayor quera es que hayan desviado las rutas, ya que su hija, estudiante de Psicología de la UAP, ahora toma un microbús ahora a varias calles de distancia y a oscuras.
“Antes aquí tomaba el camión, el metrobús no va para allá, ahora tiene que irse más para allá ara tomar la ruta 55, pero ya tarda mucho.
”Nosotros vamos mucho a la Gran Bodega, tomábamos la RUTA 14 en la 12 Poniente y de regresó me dejaba justo enfrente de mi casa, ahora pasa hasta la 18 Poniente y de regreso la tengo que tomar en la 2 Poniente”, dijo al señalar que cientos de personas fueron afectadas de esta manera.