Aunque las calles de la capital del país son consideradas de las más peligrosas de la República, el uso de bicitaxis eléctricos —muy similares a los mototaxis— es común, mientras que en pequeñas comunidades poblanas desaparecen por orden del gobierno.
Las políticas de ambos gobiernos son muy distintas; mientras que en Puebla se trata de eliminar este transporte y cambiarlo por automóviles pagados por los transportistas, en la ciudad de México se fomenta el uso por razones turísticas, ecológicas y hasta económicas.
En Puebla fueron retirados, en algunos casos hasta con violencia, pero en el gobierno del DF se pensó en miles de trabajadores, quienes viven de este sistema de transporte.
En sendos recorridos de Intolerancia Diario por el centro de la ciudad de México y pequeñas localidades de la ciudad de Puebla, se comprobó que casi no existe diferencia en el servicio.
Sin embargo, el objetivo gubernamental poblano no está rindiendo frutos. En comunidades como la junta auxiliar Romero Vargas o en las pequeñas localidades con rumbo a Huejotzingo, los taxis locales están siendo un fracaso, mientras que los mototaxis siguen aumentando su número.
Inclusive, el Frente de Usuarios y Mototaxistas del estado de Puebla ha iniciado una credencialización de sus agremiados.
Pero esta situación ya ha tenido consecuencias: desempleo y hasta migración por la falta de recursos de decenas de choferes, quienes se quedaron sin empleo, según relataron exmototaxistas que no pudieron pagar el automóvil ofrecido por el gobierno morenovallista.
Bicitaxis
Impulsados por motores eléctricos, cientos de bicitaxis circulan por el primer cuadro de la ciudad de México, donde la proliferación de automóviles es la constante, sin embargo, los accidentes son inexistentes.
Felipe Conde, conductor de uno de estos bicitaxis, es originario de Puebla, quien llegó a la capital del país en busca de una oportunidad, la cual encontró en este sistema de transporte público.
En el recorrido de Intolerancia Diario se comprobó el éxito de los vehículos, los cuales salen constantemente a hacer recorridos, abordados sobre todo por su bajo costo.
Los vehículos fueron comprados por el gobierno del DF y son concesionados o prestados a los trabajadores o choferes, quienes llegan a cuidarlos como propios, ya que es el sustento para sus vidas.
“Hace cinco años que inició este programa; aquí había muchas personas como en los pueblos, principalmente manejaban bicicletas adaptadas, pero al surgir la problemática de que ya se aglomeraban y bajaba la calidad del servicio, se pensó en meterlos al orden.
”Eran muy desorganizados, desde el cobro hasta en las unidades, no estaban regularizados. Tengo entendido que las personas que iniciaron esto fue bajo una propuesta de fideicomiso, para tratar de regularizar.”
Por lo tanto, indicó que el gobierno del DF compró las unidades y se los donó al fideicomiso para que se organizaran y las repartieran.
“Se formó una sociedad cooperativa, somos cooperativistas, socios integrantes. Somos responsables, cada quien, de la unidad. El dueño sigue siendo el dueño; nosotros pagamos luz, renta de nuestras bases”, explicó.
—Cada una de estas unidades, ¿cómo cuánto cuesta?
—No tengo idea. El gobierno mandó a comprar como 100 para nuestra base nada más, en la cooperativa somos 132.
—¿Cómo se logran integrar al programa?
—Nos acercamos a la cooperativa; si hay espacio, nada más nos piden documentos, que sepan manejar, nos mandan a un curso de taxistas y ya salimos.
—¿Cuánto cobran?
—La tarifa es convencional. Realmente la tarifa mínima es de 25 a 30 pesos, pero se negocia, todo depende de la distancia.
—¿Hasta dónde pueden llegar?
—Sí, estamos unificados. Nuestro recorrido habitual es el perímetro B, que es hasta Reforma, Insurgentes, centro, la zona de Garibaldi, a veces a Peralvillo, Congreso de la Unión, y en ocasiones hasta la terminal de la Tapo de San Lázaro, hasta los límites de la Obrera.
—Por ejemplo, del centro a la Tapo, ¿cuánto cobran?
—Es un poquito más caro, hasta 150 pesos, dependiendo. Cada quien se arregla diferente.
—¿Es peligroso?
—Sí, como todo. Realmente hay automovilistas, muy locos para manejar, que no nos respetan, pero nosotros somos cuidadosos. Nunca se oyen de accidentes, son pocos, más que nada conflictos con automovilistas, golpecitos a un carro, nada serio.
”El servicio es muy útil, yo creo que por eso el gobierno consideró mantenerlo. Hay gente que nos utiliza para trasladar la mercancía que vienen a comprar desde provincia, le damos movilidad. Hay taxis que ni los paran porque no les conviene.”
La cacería
Mientras tanto, en Puebla continúa la cacería de mototaxistas, luego de hace unos días la Secretaría de Transporte decomisó hasta 12 unidades en comunidades rurales como Cuautlancingo, San Matías Tlalancaleca y Soltepec.
En tres de estos casos se realizó el decomiso de manera violenta, en respuesta a protestas y marchas efectuadas por choferes de taxistas locales, quienes acusan al gobierno morenovallista de no sacar de circulación a las unidades.
A pesar de todo este panorama, en otros puntos de la entidad ha iniciado una credencialización de mototaxistas, pero sólo para un control interno.
Alejandro Tapia, representante del Frente de Usuarios y Mototaxistas del estado de Puebla, afirmó que no se les está diciendo que sea un permiso, sino simplemente es para saber quiénes pertenecen a la organización.
“Hemos decidido credencializar el movimiento, dado que debemos saber cuántos compañeros andan circulando. Es un control interno que expusimos ante los compañeros y les pareció correcto”, dijo.
“La otra situación es para protegernos de los demás grupos, que no nos diga mañana el gobierno que si hay algún accidente o ellos cometen algún atropello que no culpen al frente, por eso era necesaria la credencialización, para distinguirnos de los demás grupos y no nos cuelguen milagritos.”
—¿Cobran por la credencial?
—Bueno, el costo de la credencial lo pagan los compañeros, credencial y logo, por recuperación. Les hicimos cuentas claras y dieron aprobación, ellos son los que deciden. Buscamos hasta a gente que nos hiciera un descuento adicional, 25 pesos credencial.
”Esto no es un permiso, de ninguna manera, no somos quien para darlo, no somos gobierno para dar un permiso. Es simplemente un control interno.”
El fraude
La Secretaría de Transportes (ST), por medio del programa de canje de mototaxis, adquirió vehículos falsos o “piratas” para mostrar que el proyecto morenovallista estaba funcionando, pero en realidad adquirieron pura “chatarra”.
Por medio de un engaño, la dependencia estatal adquirió la “chatarra” entregada por seudo líderes de mototaxistas, todo fraguado por el subsecretario de Transportes, Carlos Zurita García.
Los recursos de cada uno de estos mototaxis, más de 5 mil por unidad, fueron parte del financiamiento para la adquisición de taxis locales, los que quedaron en manos de estos seudo líderes.
Alejandro Tapia, integrante del Frente de Usuarios y Mototaxistas del estado de Puebla, señaló que se trata de un acto de corrupción, ya que se dio dinero por falsas unidades que jamás circularon.
Fotografías en poder de Intolerancia Diario revelan el pésimo estado de las unidades, que ni siquiera servían para prestar el servicio de transporte.
Cabe destacar que según un informe de la ST, sólo 80 unidades fueron rechazadas al no contar con lo establecido en el convenio para el canje, sin embargo, en los corralones existen decenas de unidades en pésimas condiciones.
De esta forma se violaron los acuerdos, por lo que hora más de 100 mototaxis “piratas” yacen abandonados en distintos corralones de la Secretaría de Seguridad Pública.
La administración morenovallista ha invertido más de 27 millones de pesos en la adquisición de esta “chatarra” y en pagos de permisos para el programa de canje de mototaxis, realizado desde 2011.
El fracaso
Apenas el 15 de abril, dueños de taxis locales, de por lo menos 19 municipios, se manifestaron contra el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas por el fracaso que ha resultado el programa, apenas a cinco meses de haberse entregado la última unidad.
Señalan que en lugar de desaparecer los mototaxistas han crecido en número, lo que ha generado la crisis, debido a que sólo llegan a percibir hasta 100 pesos diarios, “ni para la gasolina ganamos”, dijeron algunos entrevistados.
—¿Cuánto, por ejemplo, usted llega a ganar en un día?
—Lo que me está dejando el coche son de a 50, 100 y bueno 120 pesos diarios, se imagina usted, ya no es negocio directamente, porque toda la gente recurre a las motos, que bajaron su tarifa de cinco a cuatro pesos.
—Aparte tienen que pagar la unidad, ¿cuánto están pagando?
—Unos de 550 a 1700 pesos semanales. Hay muchos endrogados, las camionetas pagan hasta mil 400 pesos semanales.
”Yo tengo 5 mil 680 pesos mensuales de letras. Ya no es negocio, no se puede, hay que juntar 200 pesos diarios nada más para pagar el automóvil”, dijo el conductor.
Señaló que en el mes de enero, tan sólo en la zona de Cuautlancingo, existían alrededor de 30 unidades, pero actualmente ya hay más de 180 vehículos, lo que les ha afectado.
—¿Cómo era la vida en el mototaxi?
—Estaba un poquito mejor porque había menos gastos, pero ahora subieron, ya no se ve como negocio. Ahora andamos a la par, no hay entradas como había con las motos.
”Si no van a quitar las motos, tendremos que entregar los coches e irnos de nuevo a los mototaxis, los taxis locales no son nada rendibles.”