La unión familiar en este cierre del año litúrgico debe consolidarse como la primera célula de la comunidad, de un pueblo y una nación para mejorar el panorama no solo nacional sino global, advirtió el Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Puebla, Tomás López Durán, luego de llamar a los cristianos a no abandonar la cruz redentora del universo.

Además desde la Basílica Catedral Metropolitana de Puebla, acentuó que la clausura el año litúrgico con la festividad Jesucristo rey del universo marca el principio y un fin de la obra redentora de Cristo.

Pero insistió que ante este clima social inestable que amenaza a la comunidad, la unión familiar es el único escudo para salir adelante de las dificultades cotidianas de que enfrenta el ser humano.

"Dios nos concede con esta festividad de Jesucristo, un gran regalo que Dios pone en nuestros corazones; formando una familia, un pueblo, una nación que ha sido consagrada a Dios por el bautismo", subrayó.

El triunfo de Jesucristo, dijo, se fortalece y apuntala en la estabilidad de las familias para caminar por una senda segura en beneficio de la nación.

A una semana de prender las luces de la primera Corona de Adviento, pidió trabajar en ese refuerzo para consolidar a la familia, evitar esas fracturas de la unidad y de la fraternidad de la comunidad que hoy necesita de un trabajo conjunto con todos los sectores de la comunidad para superar las adversidades impuestas.

“Los reinos de este mundo siempre han tenido y seguirán teniendo, como principio una dinámica en la que tienen como principio el poder, pero el reino de Dios busca la unión y fraternidad”.

Bajo ese panorama fraternal y humano, llamó, nuevamente a las y a los poblanos a trabajar desde sus áreas a donde se desarrollan cotidianamente para recomponer el tejido social y transformar el panorama por uno a donde la armonía sea el factor común.

Recapituló que se debe de reconstruir un ambiente de paz y detener la violencia en la entidad y en el país para aminorar los problemas de todo tipo para las familias.

Insistió que la Iglesia sí está comprometida con la defensa de la vida, desde el momento de la concepción y hasta la muerte natural de las personas.

La procesión

Familias unidas acompañaron al Santísimo sacramento en una marcha por las calles del noroniente del corazón de la Angelópolis.

Los jóvenes bajo el escudo de Viva Cristo Rey y la Vírgen María, Reina de México salva a nuestra patria y conserva nuestra fe, acompañaron la exposición del Santísimo.

En esta fiesta profana también se unió la banda de música de un grupo de señores y jóvenes para arropar las oraciones y los gritos de vivas a Dios de las chicas y chicos que salieron a las calles para manifestar su fervor religioso.