Cientos de poblanos hicieron fila para visitar la Cripta de los Obispos que se encuentra el altar mayor de la Catedral se abre al público el 2 de noviembre de cada año, siendo los restos del arzobispo Rosendo Huesca, los últimos que se depositaron hace siete años.
Durante la celebración de Todos Santos, la arquidiócesis abrió el espacio que fue cerrado en los años 2020 y 2021 a causa de la pandemia.
Asimismo durante las celebraciones en las homilías la iglesia ha pedido reflexionar sobre el significado de la muerte: Significado de la muerte: “Dios, creador de todo, no hizo la muerte, sino que ésta entró en el mundo, a causa del pecado cometido por los primeros humanos Sin embargo, Dios, en su infinito amor, quiso enviarnos como Salvador a su Hijo Jesucristo, quien con su muerte y resurrección venció para nosotros a la muerte, transformándola en el fin de la vida terrena y comienzo de la vida eterna, que consiste en participar de la vida plena y feliz de Dios.”
“A eso le llamamos “ir al Cielo”, adonde llegan aquéllos que mueren en gracia y amistad con Dios. Quienes mueren en estas condiciones, pero todavía con algunas imperfecciones, requieren ser purificados antes de entrar al Cielo. A esta etapa de purificación que sigue a la muerte le llamamos “Purgatorio”. El 2 de noviembre recordamos a nuestros difuntos que están purificándose para entrar en el gozo definitivo de Dios.”
Asimismo se señaló informó que quienes acudan a los panteones durante estos días y recen en tumbas abandonadas tendrán la indulgencia plenaria.
El cementerio
El cementerio de los obispos data del inicio de la construcción de la catedral y fue concebido por el obispo Juan de Palafox y Mendoza, ahí se encuentran sepultados 13 de los 35 obispos, y 6 arzobispos que ha habido en la diócesis que es la más antigua de América.
Suficiente espacio
En el interior del cementerio de los obispos se ven cinco gavetas sin nombre donde podrán descansar quienes hayan sido obispos o arzobispos de Puebla. En la parte superior hay espacio para construir nuevas gavetas en caso de que fuera necesario.
Sólo quienes hayan sido obispos de Puebla pueden ser sepultados en ese lugar, y en el caso de los obispos eméritos que radican en la entidad pero que no estuvieron en la diócesis no cuentan con este derecho.
Ernesto Corripio el ausente
El penúltimo arzobispo de Puebla que falleció fue Ernesto Corripio Ahumada, pero en 1977 cuando apenas tenía año y medio de estar al frente de la arquidiócesis fue trasladado a la ciudad de México donde fue designado arzobispo primado de México.
Corripio Ahumada fue nombrado cardenal y falleció en el año 2008 siendo sepultado en la catedral de la ciudad de México.