El priísta Guillermo Deloya Cobián, al presentar su libro “El Imperio de los Mismos”, advirtió que en el Revolucionario Institucional debe darse una llamada re-evolución, de lo contrario, estará destinado a perder su registro, ya que se mantienen los mismos nombres y los mismos apellidos, mientras a la militancia se le deja fuera.
Durante la presentación por parte del grupo Renovación, con la intervención de Humberto Aguilar Viveros, así como Antonio Hernández y Genis, el autor quien fuera recientemente candidato a la presidencia municipal de la capital, advirtió que los priístas cargan una losa muy pesada atada con grilletes por los errores cometidos.
Recordó que en la campaña hizo todo lo que estaba a su alcance, sin embargo, conforme avanzaba el proceso se daba cuenta que era la historia de un colapso anunciado. Por lo tanto, expresó que en las actuales condiciones que vive el partido, hay cosas que ya no pueden volver a pasar y se tiene que dar la verdadera evolución del partido.
Deloya Cobián insistió en el trabajo que se hace con las bases: “muchos compañeros y compañeras nos partimos el alma en un cometido que se antojaba complicado. Sin embargo, juzgamos que, con ahínco, dedicación, profesionalismo y trabajo comprometido de 24 horas, podríamos convencer al elector de que seríamos una opción viable, para que, convertidos en gobierno o legislatura, cambiásemos las condiciones de deterioro que añejamente han prevalecido en varios puntos de nuestro lastimado México”.
“Nos equivocamos; además del notorio abandono del partido a las campañas locales, ese 1 de julio de 2018, los mexicanos salieron a castigar a un régimen político que los había llevado hasta el hartazgo. Con asombro, vimos cómo candidatos —sobre todo de Morena—que prácticamente no habían salido un solo día a hacer campaña, ganaban con holgura y desenfado ante profesionales de las ciencias sociales, la administración pública y la política en general. Ese día, se concretó la peor derrota en la historia del instituto político al que pertenezco, pero también se abrió en pleno la conciencia de que estábamos pagando todos por el cúmulo de pecados, simulaciones y excesos que con desparpajo se cometieron, al amparo del poder que daba un partido hasta entonces encumbrado”, sentenció.
El excandidato a la alcaldía aclaró que, lejos de que las páginas de su libro se conviertan en ácida catarsis o en un torrente de acusaciones y señalamientos estériles, lo que se pretende aportar a la honesta reflexión sobre los motivos de un estrepitoso fracaso electoral y darle una oportunidad al reconocimiento honesto de todo aquello que, como integrantes de un partido, han negado soterradamente, hasta el grado del autoengaño.
“Hoy como nunca, el Partido Revolucionario Institucional se encuentra enfermo a grado semi-terminal y parecería que aún hay quienes no sólo no asimilaron la lección, sino que se aferran a cometer los mismos errores que nos llevaron al infortunio colectivo”.
“Seguimos inmersos en un imperio de decisiones que se toman sobre mesas a las que muy pocos están convidados a unirse. Estamos en un escenario donde el valor decisorio de militantes, seccionales, jefes de manzana, así como de cualquier simpatizante de la causa priista, está nulifcado por la estulticia y la soberbia de quienes continúan en la cumbre de un trono apoyado en muy endebles cimientos”.
Precisó que es lamentable que el discurso siga siendo de unión, de recuperación y empoderamiento de los militantes, pero en realidad, señaló que con lo que menos se pregona es con el ejemplo decidido y honorable, para, verdaderamente, cambiar esas formas de política aborrecida que los llevaron a la miseria.
Guillermo Deloya aclaró que no se trata de abolir la inclusión de quienes ya han sido figuras y beneficiarios del acontecer histórico partidista, pues se busca más bien generar conciencia sobre una dinámica que no puede continuar en el mismo trayecto: “no es tiempo ni de callar en la autocomplacencia, ni de engañarnos en la ceguera, ni de pecar en la inacción”.
Sostuvo que el PRI es mucho más que lo fortuito de sus dirigencias, que los estilos insulsos de sus dirigentes y que el reciclaje endiosado del poder que se da en pocas manos.
Llegó la hora, señaló, de demostrar si este cataclismo ha dejado en el mapa una ruta de recomposición con humildad y convicción o si estamos solo ante la conservación de las prebendas de un poder político que se extingue.
Cambiar candidato a la gubernatura
En entrevista sobre el proceso electoral, Deloya Cobián se refirió a la designación del candidato y si puede ser Enrique Doger: "yo considero que no debe de repetir como candidato de ninguna manera, porque se le otorgó una oportunidad que fue fallida y su composición política no es lo que ahorita se necesita".
Al preguntarle si considera que Doger Guerrero traicionó al partido en las pasadas elecciones, comentó que no iba a poner calificativos y que cada quién tiene su "consciencia personal", pero lo que si vio es que fue un candidato ausente y eso desprendió “suspicacias".
Aclaró que el tricolor no está en condiciones para tener alianzas que los conviertan en partido satélite y si los priístas en estas ocasión no se unen, estarán pactando su fecha de extinción.