Durante las últimas seis décadas el transporte público de pasajeros se convirtió en el botín, manejado por organizaciones que por medio del chantaje hicieron que las autoridades no los obligaran al cambio constante de unidades, mientras diferentes gobiernos utilizaron el servicio para fines personales y partidistas, además del fracaso para estatizarlo.

Luego de que se anunciara el incremento de la tarifa a 8.50 para autobuses, y 8.00 para unidades Van, fuentes consultadas, señalaron que desde 1960 con el crecimiento urbano de la capital, el problema del transporte público se disparó, cediendo el control a diferentes asociaciones, siendo La Alianza de Camioneros de Puebla, la que tuvo el control por más de 25 años. Todas la líneas que circularan en la ciudad, debían pertenecer a ella.

Fueron el abogado Antonio Seoane, y el capitán Francisco Díaz Sánchez, quienes se convirtieron en permisionarios y asesores de los camioneros, manejando rutas como El Carmen- San Antonio, Panteón - Aguazul, Analco-La Junta, Central-Parral, Aviación – Panteón, Santa María-Remedios, Xonaca-Fábricas, San Matías-Central, Garita – Panteón, Zaragoza-Aviación, Rojo Plata, Santa María- Chula Vista, entre otras.

En 1960 el costo del pasaje era de 25 centavos, y a finales de esa década se elevo a 30 centavos.

Con la crisis del gobierno de Luis Echeverría, se dieron los aumentos a 40 centavos en 1974, posteriormente 60 centavos, y a principios de los años ochenta se elevó a 1.20.

De peseros a combis

El gobierno de Guillermo Jiménez Morales para hacer contrapeso a las presiones de la Alianza de Camioneros, creo el llamado Sistema de Transporte Poblano, que incluía autobuses y el servicio de las llamadas combis.

Del servicio que se privatizó en el gobierno de Mariano Piña Olaya, solo sobrevive la Ruta Perimetral 3, la 1 y 2 desaparecieron al ser vendidas las unidades por parte del gobierno.

Asimismo permitió que comenzara la operación de los llamados peseros, que eran taxis colectivos, donde viajaban hasta ocho pasajeros. Ante la incomodidad se optó por permitir que se adquirieran unidades combi, que saturaron la ciudad, ya que se dio el control a organizaciones como el Consejo Taxista, y posteriormente Antorcha Campesina, la CNC, CTM, FROC.

La devaluación de la moneda y el incremento

Con las crisis de 1985 el costo de la tarifa del transporte se disparó al tener incrementos constantes, y antes de que quitaran los tres ceros a la moneda con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, los poblanos pagaron hasta 200 pesos por subirse a un autobús.

El último incremento que se dio a la tarifa fue en enero de 2011, asumiendo el costo el ex gobernador Mario Marín Torres, al subir la tarifa a 6 pesos ya con la nueva moneda.

Bartlett y los Dorados

El gobernador Manuel Bartlett hizo un nuevo intento por modernizar el servicio proponiendo líneas troncales, y el llamado servicio de Los Dorados, que circulaban en el corredor de la 11 Norte – Sur, cubrían una parte del centro de la capital y llegaban hasta lo que hoy es Agua Santa.

El servicio por la falta de usuarios y unidades solo se mantuvo dos años, y las unidades se descontinuaron, y se convirtieron en chatarra, los paraderos fueron destruidos.

La rebelión contra Melquíades

El 5 de enero de 2004 se registró el último gran paro del transporte en Puebla, para presionar al gobernador Melquíades Morales Flores, quien amenazó con retirar las concesiones si volvían a afectar a los ciudadanos, ya que los transportistas cerraron el centro de la capital, en plena venta de Reyes.

Ruta y las irregularidades

Durante el gobierno de Rafael Moreno Valle, entró en operación la primera línea de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), desapareciendo algunas de las líneas particulares que prestaban el servicio.

El servicio comenzó operaciones en septiembre de 2012 y durante dos meses el Transporte Articulado mejor conocido como metrobús fue la Secretaría del Transporte la que permitió que decenas de unidades que se integraron como rutas alimentadoras al sistema no cuenten con las placas correspondientes.

El 31 de agosto de ese año Intolerancia Diario a través de la columna Contracara de Enrique Núñez puso al descubierto que se prestaría con autobuses el servicio de metrobús:

Más allá de todos los conflictos operativos que provocaría el metrobús, este columnista tiene información privilegiada que apunta a que detrás de este sistema de transporte se prepara un fraude de grandes magnitudes.

Una fuente del interior de la ST, reveló a este columnista que la operación del metrobús (RUTA) no se hará con unidades articuladas, como se había planteado al momento en que se hizo el proyecto.

Para dar el banderazo de arranque, sólo habrá dos unidades articuladas —para justificar el proyecto original—, pero el resto de las unidades serán camiones comunes y corrientes, similares a los que hoy circulan por la ciudad.

Pero lo más grave de este caso es que —de acuerdo con la información recibida por Intolerancia Diario— sin existir una licitación de por medio, desde hace unas semanas se fabrican en la planta de camiones de Mercedes Benz las unidades, pese a que originalmente se había planteado que serían 45 autobuses articulados con capacidad para 150 personas.

Al final se crearon dos nuevas rutas que no resolvieron la problemática y crearon severos problemas para los usuarios.

Un caos heredado

El ahora secretario de Transporte y Movilidad, Guillermo Aréchiga Santamaría reconoció que en la problemática del transporte se tiene un 60 por ciento de las 800 rutas que operan en el estado, que se encuentran traslapadas, y tendrá que hacerse una revisión de las mismas.

Foto: Cristopher Damián / Intolerancia

Insistió en que la reestructuración del sistema de transporte en Puebla tiene que ser de manera integral, donde el principal beneficiado sea el público y resolver los problemas a fondo.

Reiteró que se está analizando la manera en que se entregaron las concesiones para los taxis y servicio público, pero además hay un estudio técnico que se realiza por parte de la Secretaría.

Comentó que en el tema del transporte público se entregaron concesiones que provocaron que haya rutas encimadas, que generan gran cantidad de problemas.

Aréchiga Santamaría indicó que en todo el estado se tienen alrededor de 800 rutas de las cuales el 60 por ciento de las mismas se encuentran traslapadas.