No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Parece que los integrantes del gobierno federal, empezando por el propio Felipe Calderón, viven en un país distinto al del resto de los mexicanos o por lo menos al mío.
Para ellos, la guerra contra la delincuencia está ganada, se vive con 6 mil pesos al mes con casa, escuela privada y coche; México ya no vive crisis económica ni desempleo y además “somos” fuertes candidatos a presidir el Fondo Monetario Internacional con las mismas oportunidades que los europeos.
Uno ya no sabe si enojarse, reírse o de plano tomar las cosas de quien vienen, y hasta justificar las absurdas declaraciones de estos personajes que no termino de registrar en qué mundo viven, pues no descarto la posibilidad de que en el de ellos las cosas así sean. Igual y me equivoqué de profesión.
El colmo es que hasta en temas que ponen en riesgo la integridad física y emocional de la población infantil, se cieguen ante una realidad que nos rebasa.
Ayer el subsecretario de Educación Pública de la Federación, Fernando González estuvo en Puebla. En el marco de su visita, tuvo la estúpida ocurrencia de decir que el fenómeno del bullying sólo afecta a las instituciones privadas y no a las escuelas públicas.
Pues qué acaso los niños que tienen la oportunidad de recibir educación escolar a cambio de elevadas cuotas, no corren el riesgo de sufrir hostigamiento por parte de otros alumnos, sólo porque sus padres pagan. Es como creer que sólo las mujeres indígenas pueden ser víctimas de maltrato. ¡Por Dios!
Quizá el flamante funcionario no tiene idea del cargo que ocupa. O de plano le vale madres.
En México, 40 por cierto de los menores de edad es víctima de violencia por parte de algún o varios compañeros. Por ejemplo, en 2009 se registraron más de 150 suicidios infantiles sólo en el Distrito Federal, según datos de la Procuraduría General de Justicia. Y aunque las autoridades no tienen estadísticas exactas —pues los niños no suelen hablar de lo que sucede en sus escuelas— la realidad empieza a rebasar a los padres de familia, maestros y especialistas.
¿Qué no son los niños el futuro de México? (Frase que les encanta a los políticos, principalmente cuando están en campañas)
¿Cómo carajos van a vivir cuando sean adultos, si desde ahora crecen bajo el maltrato y hostigamiento?
Científicamente se ha comprobado que este fenómeno provoca estrés e incapacidad emocional, lo que impide que las potencialidades físicas, académicas y emocionales se desarrollen óptimamente. Y le aseguro que estas consecuencias son las menos graves.
¿Se imagina qué clase de sociedad tendremos (no tengo idea sin alcance a verlo con mis propios ojos), si estos niños que ahora sufren de maltrato y acoso por parte de sus compañeros no son atendidos a tiempo?
Abramos los ojos.
El precio de nuestra inmadurez como sociedad está siendo demasiado alto.