Así gritaban cientos de mujeres en el auditorio de la Reforma (inclúyame en la porra).
Y cómo no. Si por primera vez, Enrique Peña Nieto venía a Puebla y podía verlo en “vivo y en persona”, como decimos en mi pueblo.
Era 2007. No recuerdo que alguna vez me hubiera dado tanto gusto cubrir (y en domingo) un acto de campaña, en el que además de una torta con frutsi rojo, más de 4 mil mujeres y un aburrido discurso de “Candi”, tenía la oportunidad de ver, entrevistar y por qué no, hasta besar al “Astro Boy” de la política en México.
¡Eso sí es inspirador!
Alrededor de las 2:00 de la tarde, Peña Nieto bajó del autobús acompañado de cuatro monigotes tan feos que daban miedo. Los hombres de negro impedían acercarse al guapo político, casi casi como si fuera Luis Miguel llegando al Auditorio Nacional.
Pantalón caqui, camisa roja, zapatos color café, su característico peinado de niño bien y para quienes no lo saben, su decepcionante estatura que no rebasa el metro setenta (bueno, quienes me conocen saben que para mí eso es lo de menos).
Con un discurso mediocre acompañado de un evidente miedo, seguramente provocado por los gritos e intensiones perversas de las féminas ahí presentes —imagínese los millones de feromonas en aquel lugar—  el gober de la tele no dijo nada que no hayamos escuchado antes. Promesas, acusaciones, gritos de esperanza. Ya sabe, lo de siempre.  
Este domingo, Juan Carlos Mondragón advirtió que el 2012 “no es un concurso de belleza”. ¡Claro!,  si lo fuera ninguno de los hasta ahora aspirantes panistas a la presidencia de México tendría posibilidades ni si quiera de inscribirse.
Y no es que sean feos, sino que sus caras no les ayudan.
Las declaraciones del líder panista en el estado sólo hacen pensar que en su partido están desesperados, pues ni Ernesto Cordero, Alfonso Lujambio, Javier Lozano Alarcón, Emilio González, Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel, tienen rating.
La vida televisiva de Peña Nieto inició en 2005, cuando Arturo Montiel terminaba su periodo en la gubernatura del Estado de México en medio de escándalos por su presunto enriquecimiento ilícito. El partido necesitaba un fashion emergency, que el Astro Boy capitalizó de manera tan astuta que ahora lo colocan en la imagen política favorita (conste que hablo de imagen, no de capacidades).
Lo que quizá olvida Juan Carlos Mondragón es que su presidente, Felipe Calderón intentó contrarrestar la popularidad de Peña, con el nombramiento de Juan Camilo Mouriño como secretario de Gobernación. Un político joven, preparado y lo suficientemente guapo como para dar batalla. Desafortunadamente el destino le tenía preparada una jugada.
Que nadie se asuste porque los procesos electorales se han convertido en la venta barata de productos creados por las televisoras.
Vicente Fox, fue el primer presidente de México que surgió a partir del marketing. Su desparpajada personalidad, su vestimenta y su ignorancia política, fueron debilidades que en su momento sus asesores convirtieron en fortalezas. Por cierto, advirtió que el PRI ganará la elección del estado de México y la del 2012 (no me ayudes compadre, ha de decir el PAN).
El resurgimiento de estas estrategias va más allá de falsos idealismos políticos, pues a todos nos queda claro que son tan malos los pintos como los colorados.
Si es así… pues mejor que sea guapo ¿no?