Después del 5 de mayo comenzó a sonar muy fuerte un rumor: que el secretario de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, corre en su propia ruta rumbo al 2013.
No sé si es una “cortina de humo” o algo real, pero se percibe un distanciamiento con quien fuera desde hace años su compañero de lucha, el gobernador Rafael Moreno Valle.
Dicen algunos que las diferencias son reales y que detonaron no sólo por el 5 de mayo, sino también por una serie de acciones en las que ambos no han coincidido, por ejemplo en la promoción que realizaba en varios medios el funcionario estatal y que no fue bien vista desde Casa Puebla. No es la primera vez que esto ocurre, en 2003 Fernando Manzanilla dejó la Subsecretaría de Egresos que encabezaba en la administración de Melquíades Morales Flores, tras sostener diversas desavenencias con su jefe, el hoy gobernador.
Manzanilla se ausentó de Puebla, se dedicó a los negocios familiares y sólo regresó en 2010 por invitación de su amigo para hacerse cargo de la coordinación general de la campaña, la cual arrancó floja y sin organización. El hoy secretario de Gobierno puso las cosas en su lugar, apretó cuerdas y llevó a buen puerto el proyecto, de tal modo que ahí se ganó su lugar dentro del gabinete.
Hoy de nueva cuenta se dejan ver diferencias, fisuras, el desgaste natural que provoca el ejercicio del poder y la posición que ocupa Manzanilla, si bien permite la promoción se presta muy poco al lucimiento.
Se habla por ejemplo de que por órdenes de “muy arriba” se suspendieron los carruseles de medios que el segundo en el organigrama tenía programados para este mes; ahora se suma también la prohibición explicita de que otorgue entrevistas que no estén previamente agendazas, o las clásicas entrevistas “banqueteras”.
Sobre la relación con el panismo poblano, es claro que mientras el gobernador mantiene una actitud de beligerancia ante el panismo duro o tradicional, el cual mantiene el control de este instituto político en Puebla capital, Manzanilla trata de construir puentes y de ganar adeptos para tratar de buscar la candidatura a la alcaldía por este partido.
El “audio escándalo” en el que se vio involucrado el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, cuya mano intelectual apunta que salió de Casa Puebla, así lo demuestra.
Manzanilla pactó —como lo relevó el periodista Alejandro Mondragón— con el “príncipe” de la derecha poblana, el titular de la Secotrade, Pablo Rodríguez Regordosa, a quien sumó para su proyecto de 2013 y también agregó piezas como el regidor Pedro Gutiérrez para que trabajen a favor de su causa.
Otro alfil de Manzanilla, Eukid Castañón, trabaja incansablemente para construir una estructura a favor del secretario general de Gobierno.
Pero mientras esto ocurre, tal parece que desde Casa Puebla se envían otras señales que tienen que ver con la irrupción del secretario de Salud, Jorge Aguilar Chedraui, el cual se encuentra en Barcelona, España y cuya promoción mediática es tolerada desde Casa Puebla.
Al parecer, Manzanilla corre su propia ruta hacia el 2013, si es una “cortina de humo” para proteger al “delfín” será una nueva genialidad para el inquilino de Casa Puebla, pero de no ser así entonces habrá que ver hasta dónde llega esta fractura en el edén morenovallista.

Diario de campaña 28
La reunión

Mientras los candidatos del PAN a las diputaciones federales se reunían con los empresarios que hacen “grilla” y no invierten nada, el candidato del PRI a la diputación por el distrito 12 con cabecera en Puebla, Pablo Fernández del Campo, se reunió con 25 hombres de empresa que de verdad mueven a Puebla.
Fernández sentó en la misma mesa del restaurante La Garita a Pepe Chedraui y a Francisco Emmelhainz, para desayunar el día de ayer y el encuentro de verdad fue bueno.
Pablo se comienza a proyectar para asuntos mayores, es de los pocos priistas que lo mismo sostiene buenas relaciones con su partido que con personajes ligados a la derecha poblana, a la que conoce muy bien.
Ya más relajado, tras obtener una ligera ventaja en la lucha por el distrito 12, Fernández del Campo se da tiempo para pensar en el futuro y trabajar para esto.