Así es, lectora, lector querido: Todos los candidatos a puestos de elección popular tienen equipos de mercadotecnia para ayudarles en la creación y el cuidado de su imagen pública. Les pagan millones por hacerlo, sin embargo, la mayoría de las veces los resultados son nefastos. Déjame explicarte:
Si analizas con cuidado, descubrirás que todo los candidatos tienen una imagen negativa; esto es: Uno tiene la imagen de ser un hipócrita manipulador loco que quiere el poder a como dé lugar. Otro que representa un regreso a un pasado lleno de transas y mentiras. Otro tiene la imagen “de lo mismo” que tiene al país estancado. El otro pareciera ser la prolongación de un personaje detestable para la mayor parte de la población, por lo que debe ser igual… ¿estás de acuerdo?
Obviamente si eres fan de alguno de los cuatro personajes, lo verás con diferentes ojos… Muy tu derecho y muy tus ojos.
Ahora, bien: ¿De qué sirvió que le pagaran millones de pesos al “genio” creador de la imagen de tu candidato si no logró que la mayoría de los votantes lo vieran también, con buenos ojos, como tú?
Los grandes sabios, jerarcas de los partidos en México, piensan que el éxito depende de quién gane el concurso de “prometitis aguda” —sin importar si podrán o no cumplir—.
No toman en cuenta que existe toda una especialización llamada PUBLICIDAD para motivar a la gente. Piensan que hacer publicidad es hacer gorritas, camisetas y demás tarugadas: Nada más alejado de esta idea. El publicista profesional es aquel hombre de negocios que tiene el conocimiento y las estrategias necesarios para motivar al público y crear una relación afectiva —cosa muy diferente a lo que hace mercadotecnia o los propagandistas—. En Europa o en Estados Unidos las campañas las realizan publicistas, no mercadólogos ni propagandistas.
Ojalá algún día se den cuenta que no basta con regalar cuadernos y camisetas que digan que su candidato es lo que el mundo esperaba.
Piensan que el pueblo es idiota. Cuando esto es al revés, ellos son quienes han pagado millones de pesos a lo tarugo, basta con ver los resultados… Claro, a nuestras costillas.