Como hemos dicho en repetidas ocasiones y en su afán de alimentar el sueño presidencial de 2018, el gobernador Moreno Valle se despachó con la cuchara grande para promover el primer año de su gestión.
El último clavo del ataúd —sobre el despilfarro— lo puso esta semana el portal electrónico Animal Político.
Bajo el titulo “Moreno Valle gastó 56 mdp para promocionar su primer informe”, el portal nacional detalla cómo el gobierno de Puebla erogó 14 millones para promocionarse en las salas de cines del 6 al 19 de enero; el detalle es que estos spots se difundieron a lo largo de la República.
Pero vamos por partes.
En este espacio documentamos el derroche morenovallista. Para esto me remito a la columna Contracara del 10 de enero de este año, en donde dimos cuenta de los caprichos del señor de los Cerros.
Contracara 10 de enero
Un filmstar vive en Puebla
El derroche multimillonario con el pretexto del primer informe morenovallista raya en la ofensa para la mayoría de los poblanos.
Más allá de las campañas en radio y televisión, el gobierno destinó una enorme partida presupuestal a la promoción personal del gobernador en medios alternativos como publicidad estática en estadios de futbol, espectaculares, planas en periódicos nacionales y anuncios en pantallas de cines.
Y es precisamente en el mundo de la cinematografía donde el gobernador Moreno Valle ha gastado una fortuna.
Aunque usted no lo crea, el gobierno del estado contrató la proyección de un largo spot en cientos de salas de cine a lo largo y ancho del país.
Por citar un ejemplo, una de las cadenas contratadas es Cinemex, que tiene tan sólo en la ciudad de México más de 400 salas.
El spot de marras será trasmitido durante los 10 días en los que la ley permite promocionar los informes de gobierno.
Haciendo una cuenta rápida y tomando como base un promedio de cuatro funciones por sala, tenemos que diariamente Cinemex proyecta mil 600 spots morenovallistas, antes de iniciar cada película, sólo en el Distrito Federal.
Si ponemos —baratito— a mil pesos el spot, alcanzaremos una cifra de 16 millones de pesos por 10 días de campaña.
Sólo nos falta multiplicar esta cifra por las tres empresas —Cinemark, Cinepolis y Cinemex— para calcular el monto del derroche morenovallista, aclarando que esta exorbitante cantidad sólo implica la capital del país.
Y aquí es donde surge una pregunta obligada:
¿De qué diablos sirve a los poblanos que se proyecte un spot con la imagen de Moreno Valle en las salas de cine de todo el país?
Es evidente que las ambiciones presidencialistas están por encima de los verdaderos intereses de quienes votaron y creyeron en quienes hoy gobiernan nuestro estado.
Hasta aquí, la obligada cita.
Posterior a esta columna la dirección de Comunicación Social respondió a una solicitud de transparencia sobre el gasto que erogó el gobierno poblano, misma que se publicó en distintos medios.
Pero los datos que proporcionó fueron amañados, ya que omitieron el gasto ejercido en los complejos cinematográficos. En ningún momento el documento detalla a cuánto ascendió la inversión total.
Veamos.
En aquella ocasión —para ser preciso en febrero— se dijo que la administración de Moreno Valle gastó un total de 42 millones de pesos 133 mil 400 pesos en la promoción del primer año de gobierno.
En el documento de marras se detalló que la inversión más grande fue en televisión, ahí se invirtió poco más de 16 millones 65 mil 803 pesos por mil 400 impactos.
Además, se dijo que en medios complementarios se ejercieron 8 millones 823 mil 813 pesos por 27 mil 14 impactos. En tanto, en medios impresos invirtieron 8 millones 11 mil 551 pesos por 150 impactos.
Para el pago de 4 mil 77 impactos en radio erogaron 6 millones 746 mil 897 pesos, y para portales de internet gastaron 2 millones 485 mil 344 pesos por concepto de 26 banners.
Pero el gobierno que encabeza Rafael Moreno Valle sigue empeñado en ser una administración opaca. Prueba de esto es el reportaje que publicó el portal nacional Animal Político, en el que detalla cómo el señor de los Cerros erogó 14 millones 27 mil pesos para aparecer en las pantallas de cine de mil 644 salas en 28 estados.
El texto es revelador, el trabajo periodístico confirma el derroche morenovallista. Además, exhiben —de nueva cuenta— al gobierno de Puebla como un gobierno opaco, una marca difícil de borrar.
Por lo visto, la cacareada transparencia es un mito en la actual administración.
Pero, ¡lo mejor está por venir!
Contracara