Pues, nada que, resulta que San AMLO, en una de sus últimas y ágiles declaraciones se autoproclamó héroe nacional, a la atura de Hidalgo, Morelos y Juárez; personajes que en su época fueron perseguidos, maltratados e incomprendidos. “Ya estoy acostumbrado”, dijo el buen hombre, mientras Jesús Zambrano —presidente de su partido— atento siempre a subsanar las penurias que aquejan a su líder, hacía pucheros frente a las cámaras de televisión antes las palabras su amado “jechu”… Ha de ser horrible vivir esta tortura…
A propósito de horrible; está sucediendo lo que había predicho: los jerarcas del PRD están perdiendo el control de las turbas que han venido “cuchileando” desde que el ¿presidente electo? hace 6 años (AMLO) perdió la presidencia, o sea, el mismo aferrado que perdió las elecciones en junio pasado.
Yo no tengo nada contra AMLO, sólo que he tenido la oportunidad de estudiar el comportamiento de líderes tan “carismáticos” como él y sin embargo me es muy difícil catalogarlo. Por ejemplo: cuando sus enemigos lo comparan con Chávez sus seguidores se desgañitan aduciendo que AMLO no tiene nada que ver con Chávez, y tienen razón porque Chávez es un mílite y Obrador es un, un, un, un… ¿un santo, un líder incorruptible, un filósofo, un héroe, un adalid, un avatar, un elegido? No sé.
Sé que la loquera puede atacar a cualquiera y en cualquier momento. También sé que el afán de poder es bien ojete. Es decir, pienso que uno no tiene que pertenecer a la milicia para despegarse de la realidad, por ejemplo, el “desmecatado” Hitler era un simple y oscuro burócrata que utilizaba “la redención de su raza” como pretexto para hacer realidad sus sueños de conquista. Como buen esquizofrénico, tenía una muy baja tolerancia, a la frustración y a la crítica. Vaya, era un, un, un, un cuate muy carismático.
Por Favor