La clase política poblana acudió al informe del rector Enrique Agüera Ibáñez para intentar cazar sus mensajes y así determinar si jugará por la presidencia municipal de esta capital.
Tal y como corresponde a la naturaleza de este oficio, me sumé a la causa y esperé con ansias la famosa señal. Al término del acto escuché a varios de estos cazadores de señales, con la sorpresa de que cada quien obtuvo lo que se le dio la gana.
Así, mientras unos me aseguraron que el rector va por la alcaldía, otros juran que la señal fue clarísima en el sentido de que se queda en la universidad.
Ante estas dos encontradas lecturas, confirmo que Agüera volvió a hacer uso de sus habilidades de buen político y dejó abiertas todas las posibilidades para su futuro a corto, mediano y largo plazo.
Como dijera el quintacolumnista: “no podía ser de otra manera”.
Ayer quedó claro que el rector es un protagonista de la política poblana, lo cual lo puede colocar en cualquiera de las opciones que se han manejado hasta el cansancio.
Sólo el tiempo disipará nuestras dudas.
Por lo pronto, ni el rector sabe a ciencia cierta si el de ayer fue su último informe.
Ya se verá.
El transformador de la UAP
En la parte académica no se pueden escatimar los reconocimientos a la evidente transformación que la máxima casa de estudios ha registrado durante el rectorado de Enrique Agüera.
Por encima de la cursilería del “cortometraje” brilló la modernidad de la universidad, la cual hoy cuenta con una de las mejores instalaciones de América Latina, en donde se destacan innumerables logros de corte académico, con premios nacionales e internacionales obtenidos por la base y la esencia de la universidad, que no es otra que la capacidad de sus profesores y estudiantes, poblanos en su mayoría.
Sin duda, la huella del rectorado agüerista quedará plasmada en cada rincón de esta casa de estudios, identificada como la huella del hombre que transformó la universidad.
Seguramente esas son las cartas credenciales que pudieran abrirle una importante cartera en el gobierno federal.
Por lo pronto, ayer fue la noche del rector.
La UNAM evidencia a Ardelio Vargas
Hace apenas unos días el secretario de Seguridad Pública del gobierno morenovallista desdeñó la investigación del reportero de Intolerancia Diario, Jorge Castillo, en donde un especialista aseguraba que los detectores moleculares comprados por el gobierno del estado para la detección de drogas no sirven para nada.
Al respecto, un grupo de investigadores de la UNAM realizó una seria investigación concluyendo que la certeza que ofrecen estos detectores son similares a echar un volado al aire.
Así las cosas, la millonaria compra realizada por el gobierno terminará en el basurero, pese a que existían fuertes críticas a los detectores moleculares.
Sin duda, el capricho y la insistencia de Ardelio Vargas para exigir esa compra lleva a sospechar en la existencia de intereses ocultos para concretar la operación financiera con la empresa proveedora.
Habrá que ver si la Contraloría decide actuar al respecto.
Contracara