En un grave conflicto jurídico está metido el gobierno del estado por haber hecho modificaciones de fondo al proyecto que dio origen a la construcción de la primera línea del metrobús en Puebla.
De acuerdo con la investigación realizada por el reportero Jorge Castillo, los recursos otorgados por Protram —y aterrizado a través de Banobras— estaban supeditados a respetar el proyecto original elaborado por la empresa Logit. Sin embargo, a la llegada del subsecretario del Transporte Víctor Mata Temoltzin se desechó dicho proyecto, para que fuera la empresa de su amigo Aarón Dychter la que modificara el proyecto de acuerdo con los intereses de la administración estatal.
De acuerdo con la normatividad de Banobras, no se pueden modificar los proyectos ejecutivos, ya que los recursos se obtienen de fondos nacionales e internacionales, que exigen el total cumplimiento de los mismos. En el caso del metrobús de Puebla, los cambios que se realizaron al proyecto original fueron todos en detrimento de la calidad del servicio, ya que redujeron sustancialmente el número de unidades articuladas (de 45 a 6), eliminaron las terminales de transferencia, redujeron los carriles de concreto hidráulico (de 3.50 a 3.20 metros) y seguirán circulando las rutas federales por la ciudad, entre muchas otras modificaciones.
Nada que ver con el ambicioso proyecto original, el cual estaba fuertemente influenciado por el metrobús de la ciudad de México. En términos prácticos, es como si usted solicitara un crédito bancario para adquirir una residencia en La Vista y terminara comprando un departamento de interés social.
Por dónde se le vea existen serias anomalías, las cuales deberán ser analizadas por Banobras, ya que esta institución destinó recursos a través del Fondo Nacional de Infraestructura, regulado por Protram.
Así las cosas, si Banobras no toma medidas inmediatas en contra de las faltas cometidas por el gobierno poblano se podría generar el primer escándalo de la administración morenovallista con el gobierno de Enrique Peña Nieto, el cual podría descubrir una liga de complicidades entre funcionarios estatales y federales.
La democracia al estilo morenovallista
Prácticamente fue palomeada por el Señor de los Cerros la lista que contiene los nombres de quienes serán los próximos consejeros electorales.
Pese a que están inscritos más de cien aspirantes, la realidad es que éstos son los que tienen medio pie en el próximo Consejo General del IEE: Vicente Avendaño, José Manuel Rodoreda Artasánchez, Guadalupe Esquitín, Juan Manuel Crisanto, Víctor Cánovas, Gustavo Garmendia, Juan Pablo Mirón, además de los cuatro que serán reelectos y quienes se presume serán Juan Carlos de la Hera, Olga Lazcano y Paúl Monterrosas.
Se sabe que hay otros nueve que serán nombrados consejeros suplentes, para evitar cualquier sorpresa futura. Sin duda, el control del máximo órgano electoral está totalmente asegurado para lo que serán las próximas dos elecciones locales.
Contracara