Ojo: el poblano legislador Juan José Espinosa es, sin duda, el moderno adalid promotor del fuero (estatuto jurídico), avanzadísimo movimiento que protege a los políticos de todo mal y que tuvo su origen hace poquito, apenas en el siglo IX (noveno, para aquellos que no dominan el latín y su numerología) con la intención de proteger las costumbres de los reyes.
Como podemos ver, el fuero es algo “novedoso”, acorde con las necesidades de nuestro avanzado sistema político. Seguramente es por esto que el legislador, consciente sabedor de “nuestra profunda idiotez e ignorancia” ha luchado por mantenerlo vigente. ¡Qué viva el rey! ¡Qué viva el fuero y nuestros avanzados políticos! Al fin que el mundo no ha cambiados casi nada desde Alfonso “El Casto” y la Edad Media, hasta la sublime aparición del “Homopeje”.
Hablando de sublimes, me gustaría hacerle una cordial invitación a la insigne presidenta municipal de San Pedro Cholula, la ilustre señora CP Dolores María del Carmen Parra Jiménez para que se dé una vueltecita un jueves o un viernes por la noche por el Camino Real del municipio que tan brillantemente gobierna. Le sugiero que lleve un buen par de tapones para proteger los tímpanos de sus oídos, que podrían verse seriamente afectados por el volumen monstruoso que producen los “antros” que pululan en la región. Vaya, le pueden reventar el sistema auditivo.
Prácticamente venga a la hora que usted desee. Sin embargo si quiere vivir el horror que vivimos sus gobernados y sentir en carne propia lo que es intentar dormir, a pesar del volumen infernal de ruido que sale de los “antros” (porque eso no es música), venga de las once de la noche a las cuarto de la mañana, como usted prefiera. No importa que la ley obligue a ese tipo de lugares a mantener un volumen de decibeles determinado y a construir bajo ciertas normas de seguridad. No se preocupe, aquí, por alguna razón oscura que desconozco, esas normas se las pasan por el arco del triunfo, creo que pudiese ser por ignorancia, no se me ocurre pensar que pudiese ser por corrupción (¡Dios me libre imaginar tal disparate!).
Venga con fuero o sin él, seguramente vivirá una experiencia inolvidable.
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