Quienes circulamos diariamente por la ciudad y no tenemos la opción de sobrevolarla en un lujoso Agusta, somos testigos del caos vial que se generó por el inicio de las obras del metrobús.
El día de ayer los embotellamientos superaron cualquier antecedente de tráfico en la ciudad, lo cual augura una verdadera psicosis en cuanto se ponga en marcha este nuevo sistema de transporte. No se necesita ser un genio urbanista para anticipar que los conflictos viales, que se han generado por la disminución de un carril en lo que será la ruta del metrobús, se agravarán una vez que sean suprimidas todas las vueltas a la izquierda.
Hay que recordar que el éxito en el Distrito Federal está centrado en las unidades articuladas, las cuales relevan el número de unidades convencionales, además de que en la capital del país se suprime el paso de otras rutas de transporte público en todas las avenidas donde opera el metrobús.
Lamentablemente, en Puebla eso no sucederá, ya que como lo reveló Intolerancia Diario las unidades articuladas serán prácticamente simbólicas (sólo 6), mientras que la mayoría de las rutas existentes seguirán circulando, con todos los problemas de tráfico que esto implica.
Si de algo podemos estar seguros es de que Puebla no será la misma después del metrobús.
A partir de este proyecto de transporte, el morenovallismo convirtió a Puebla en un pequeño Distrito Federal donde nuestra vida se debe sujetar a las condiciones del maldito tráfico. Y eso, usted y yo, que recorremos esta ciudad todos los días, lo sabemos y lo padecemos diariamente.
Quizá eso explique que el Señor de los Cerros utilice el helicóptero hasta para moverse de un punto a otro de la ciudad.
No quiero ser ave de mal agüero, pero esto se va a poner peor a partir de la inauguración del mentado metrobús.
¡Que Dios nos agarre confesados!
Carlos Sánchez, en las grandes ligas
En la instalación de la Comisión de Vigilancia de la Auditoria Superior de la Federación quedó patentizado el trabajo que realiza Carlos Sánchez, coordinador de los diputados priistas de Puebla y José Manzur Quiroga, coordinador de los legisladores del PRI del Estado de México. Sin duda, el expresidente municipal de San Martín Texmelucan es uno de los diputados poblanos que más trabajo legislativo realiza, sobre todo el que concreta los amarres indispensables para sacar los acuerdos.
La Comisión de Vigilancia de la Auditoria Superior de la Federación de la Cámara de Diputados está encabezada por un perredista y es una de las comisiones imporantes, ya que vigila el uso de los recursos públicos. El objetivo es que no unicamente se fiscalice el uso del presupuesto, sino que se participe en la definicion del destino de éste. Sobre todo, que se transparente y tenga una mayor eficiencia.
Contracara