Es de suponer que puede ganar las elecciones cualquiera de los dos candidatos de Puebla, ya sea el del PRI o el del PAN, no lo dudo. Pero lo que no entienden dichos contendientes es que el que obtenga el triunfo lo habrá logrado gracias a la maquinaria política de su partido y no por la labor, y a la calidad de su comunicación con el pueblo.
Sus discursos y promesas de campaña son tan pobres y manidas que dan pena ajena. Continúan haciendo sus alocuciones bajo las mismas reglas y normas del siglo pasado. Ya sea el candidato del PRI o el del PAN, repiten las mismas arengas que hicieran sus ancestros y, lo que es peor, con el mismo tonito que “huele y suena” a la política de siempre, rancia y engañosa.
Cómo diablos quieren que la sociedad los contemple como políticos diferentes haciendo y diciendo lo mismo; no lo sé.
Insisto, no dudo que vaya a ganar cualquiera de los dos, pero la sociedad, el pueblo, la gente, los seguirá viendo con recelo y hasta con desprecio por que saben o piensan que ganaron por razones turbias. Sentirán que su ascensión al trono fue una imposición y se sentirán traicionados y estarán en su contra, hagan lo que hagan.
Ya es hora de que entiendan de una vez por todas que no se trata simplemente de decir lo que quieren decir. ¡No! Esto es mucho más complejo que decir lo que el CEN del partido quiere decir, o lo que el genio asesor de mercadotecnia o el ingenioso comunicador proponen, porque al final, terminarán por decir lo mismo.
Aunque lo duden los sabios asesores de los candidatos, todos los partidos y los políticos del primer mundo utilizan publicistas y agencias de publicidad para estos menesteres, porque son conscientes de que “es muy importante lo que se tiene que decir, pero lo que motiva es cómo se dice”… y esa es la especialidad del publicista (profesional) que entiende los deseos de los consumidores: los votantes.
Comprendan que no se pude ser un genio incontrovertible.
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