Ahora sí, ya se puso peor. El proceso electoral en Puebla llegó a su clímax con la declinación de Miguel Ángel Ceballos, aspirante a la alcaldía por el Partido del Trabajo, quien este lunes solicitó el voto a favor de su contrincante priista, Enrique Agüera Ibáñez. La noticia sorprendió a propios y extraños, pues desde el inició de la campaña el profesor fue criticado por dejar su militancia tricolor acusándolo incluso de traición. Se dijo que Fernando Morales, exdirigente estatal del tricolor y amigo del actual gobernador Rafael Moreno Valle, le pidió a Ceballos jugar en contra de su partido, sin embargo, hoy las dudas se disipan.
Ni el PT estaba informado de la decisión de su abanderado a la presidencia municipal, al grado que su dirigente advirtió de inicio que fueron mal interpretadas las declaraciones del candidato. Este golpe mediático da por sentado el nivel político que se ejerce en nuestra Puebla capital pues, a seis días de llevarse a cabo la elección, los ciudadanos registran confusión.
Si bien el voto indeciso es tan alto como el abstencionismo que se prevé, la decisión de Miguel Ángel Ceballos de pedir el voto a favor de la coalición 5 de Mayo podría generar confusión en el electorado. Lo que el candidato del Partido del Trabajo no explicó es que su nombre aparecerá en las boletas, que los votos cruzados a su favor (aunque sean pocos) son contables para el instituto político que representa y que la representación partidista en el Cabildo existirá con o sin él en las filas de izquierda.