Resulta que luego de que se reformara la ley, como sabemos, tendremos presidentes municipales y diputados locales por 4 años y 9 meses. Una muy buena oportunidad para demostrar que necesitamos un nuevo cambio de ley y permitir la reelección, sin embargo no para todos es una buena noticia pues, posteriormente, los aspirantes a presidir el estado no tendrán tanta suerte en la duración del periodo, que sólo sería de un año 8 meses. 
¿Quién se va a animar a ser simple y llanamente el mini gobernador que sirva de puente en la transición entre Rafael Moreno Valle y el siguiente mandatario de seis años? 
De inicio, Eduardo Rivera se descartó por completo para ser ese político valiente que gane la mini gubernatura pero que pierda la oportunidad de ser la máxima autoridad por seis años (obviamente, en caso del triunfo electoral).
Hasta hoy no existen visos de quiénes podrían levantar la mano dentro de las filas del Partido Acción Nacional y, aunque el periodo pareciera no ser importante en cuanto a peso político, la realidad es que el sacrificio sería indudablemente bien recompensado por el actual gobierno estatal (insisto, en caso de que fuera el blanquizul el triunfador).
Por el contrario, en el Revolucionario Institucional empiezan a moverse algunas piezas aunque no lo han dicho públicamente, pero sí en privado. Pero esa historia se la cuento después.