Nos guste o no, los poblanos vivimos en dos Pueblas diametralmente distintas. Una es la Puebla de la fantasía, el glamour y la modernidad; y la otra —mucho más grande que la primera— es la de la pobreza extrema, la del abandono total.
Y es precisamente esa Puebla la que el morenovallismo se empeña en negar, en donde día a día se viven tragedias, como la que hoy nos debe ocupar.
¿Cómo olvidar la ceremonia en donde el Señor de los Cerros bajó de su helicóptero para anunciar que Puebla era una de las entidades que había alcanzado el cien por ciento de cobertura del Seguro Popular?
Sin duda, esa gran obra anunciada pomposamente tanto por el gobierno federal como por el estatal no era otra cosa que uno más de los mitos geniales del entonces presidente y de nuestro aún gobernador.
Tristemente, los poblanos nos enteramos hace apenas unas semanas, a través de Coneval, que la cobertura del cien por ciento fue una mentira más de las muchas que se cuentan desde la casona de Los Fuertes.
Permítanme contarles cómo la inoperante burocracia que envuelve al Seguro Popular se convirtió en una trampa mortal. 
Al final del sexenio anterior, el exsecretario de Salud en tiempos de Fox, Julio Frenk, quien por cierto estuvo en Puebla el jueves pasado en el quinto aniversario del Hospital Puebla, basó su campaña para presidir la Organización Mundial de la Salud auspiciada por las Naciones Unidas en un dossier en el que se presumían los “impactantes logros” del Seguro Popular.
En ese folleto se explicaba cómo todos los mexicanos tendríamos una cadenita al cuello de la que pendería un microchip con toda nuestra información médica, incluyendo radiografías, estudios de imagen, resultados de laboratorio y, por supuesto, la historia clínica para la atención inmediata y eficiente a cargo del Seguro Popular. Con esta falacia, los cuadernillos promocionando la candidatura de Frenk sólo sirvieron para eso, ya que tal sistema jamás existió.
Peor aún, ni siquiera existe la credencial de beneficiario del Seguro Popular, la cual bastaría presentar en cualquiera unidad de salud para recibir atención. La campaña sobre credencialización fue un mega fraude que costó a los responsables el puesto y una investigación de la que se desconocen los resultados. 
Este columnista realizó un breve sondeo entre enfermeras, médicos, paramédicos y empleados, con la novedad de que ninguno ha visto ni conoce alguna credencial del Seguro Popular. 
La realidad es que si usted acude a consulta o para algún otro servicio le van a pedir su documento de afiliación y al menos media docena de fotocopias de la póliza, pues es una condición obligatoria presentarlas en la ventanilla donde asignan la consulta; en la caja dos copias, una que se queda en esa unidad y otra para el Seguro; tome usted en cuenta una copia para la farmacia por cada receta, una por cada orden de laboratorio y una más por cada estudio de Rayos X que le manden. 
Pasar la tarjeta electrónica por cada registro de servicio prestado sería mejor, más rápido y barato. Pero al menos en Puebla, si va a consulta no olvide llevar una docena de fotocopias de su póliza. 
Esto fue precisamente lo que le ocurrió a la señora Angelica Castillo Hernández, de 58 años, cuando acudió el viernes pasado al Hospital General de Agua Santa, donde afuera existen multitud de puestos, algunos comederos con sillas y mesas invadiendo hasta tres metros el arroyo de circulación y en donde la gente camina esquivando los autos que circulan frente al hospital, lo mismo el del Norte, que el del Sur. 
La señora Angélica tuvo la audacia de cruzar la calle para ir a sacar las fotocopias que le pidieron, cuando el chofer de una Combi que la vio a tiempo se detuvo para cederle el paso, pero el conductor de la unidad 17 de la ruta 20, al intentar rebasar, la arrolló con el frente de su microbús, y al darse cuenta de lo acontecido al tratar de maniobrar para huir, le pasó a la señora la doble rueda trasera sobre la cabeza, provocándole una muerte instantánea.
Así las cosas, si usted tiene que ir a consulta o a algún servicio del Seguro Popular, no olvide por favor llevar sus fotocopias de afiliación, a falta de credencial.
Es la Puebla que nos tocó vivir.
Y juran que lo mejor está por venir.