En los últimos dos años, Puebla dio un vertiginoso cambio y se convirtió en un auténtico parque de diversiones en donde el derroche y las obras de relumbrón son las constantes del actual sexenio.
Es bien sabido que el Señor de los Cerros es adicto a los reflectores y aprovecha cualquier pretexto para hacerlos suyos. Durante estos dos años hemos sido testigos de cómo se las gasta, en términos de espectáculos y diversiones.
Cómo olvidar los festejos por el 150 aniversario de la Batalla de Puebla, en donde el derroche de recursos resultó ofensivo para un estado hundido en la pobreza.
Ahora, en su afán protagónico, abre de nueva cuenta la chequera y dispone a manos llenas del erario público para celebrar el mes patrio. En tan sólo dos días el Señor de los Cerros gastará millones para montar un show en el zócalo de Puebla, en la zona de Los Fuertes, en el Centro Expositor y en la tan cacareada Estrella de Puebla.
El gobierno morenovallista ya presume a los artistas que forman parte de la celebración; el cártel lo encabezan Pepe Aguilar, Aleks Syntek, Emmanuel y Mijares, Kinky, Sasha, Benny y Erick, además de Natalia Lafourcade. Seguidos de Fey, Óscar Chávez, Panda, Pandora, Carlos Cuevas, Liquits y Ana Cirré.
Durante dos días, el morenovallismo nuevamente llevará al extremo la política de que al pueblo pan y circo.
Es inconcebible que, por un lado, la administración de Moreno Valle convoque a los poblanos a sumarse a la campaña de Beca a un Niño Indígena y, por el otro, derroche millones para traer a Natalia Lafourcade a cantar hora y media, cuando mucho, al zócalo de Puebla.
Además, queda de manifiesto el desdén del Señor de los Cerros hacia el sector cultural, al preferir malgastar en un fin de semana en auténticos espectáculos con el sello de Televisa, que en apostar en un proyecto serio en favor de la cultura.
El populismo del gobernador nos recuerda al viejo PRI, al PRI de Luis Echeverría y José López Portillo. Ese viejo PRI, del que reniega el ahora gobernador, pareciera ser su verdadero estandarte.
Fiel a su estilo, Moreno Valle seducirá a los poblanos por dos días; aunque la resaca será dura y cruel.
La Puebla sumida en la pobreza estará ahí para recordar el fracaso de la política social de la actual administración, en donde se prefiere la fiesta antes que resolver los problemas que aquejan al estado.
Y cínicamente dicen que “lo mejor está por venir”.
Qué viva México, chingao’.