Mi abuela decía: “Cuando Diosito dice ‘a fregar’, hasta el trapito y la cubeta te manda”. Y es cierto, lector querido. Hay veces en que la vida nos agarra de “su puerquito” y te tupe bien y bonito. Dan ganas de decir: “Yo aquí me bajo”. No creo que exista alguien en este planetoide que no haya tenido que tragar camote de fea manera… Éste es el mentado valle de lágrimas, porque hay otro Valle, que también es de lágrimas, pero ése no tiene remedio… Ni modo, no hay de otra sopa.
A propósito de sopa y alimentos varios, me contó mi compadre que la semana pasada fue a un restaurante de lujo y ahí encontró a varios políticos poblanos entrándole al tlapegüe de altos precios y platillos variados.
Por ejemplo, me contó que el gobernador pidió sopa de “estrellitas”, el alcalde de San Andrés Cholula, “rattatui”; y que los otros dos que los acompañaban; uno pidió “huevitos cocidos” y el cuarto tajaba camote mientras le decían no sé qué cosa. ¡Ah!, que mi compadre, a veces le gana su calenturienta imaginación.
A propósito de imaginación, a uno de mis cuatro lectores lo hirieron en la panza con una flecha malvada y me lo dejaron “pa’ billetero”, pero mi amigo lector es un verdadero campeón de la vida que no se dobla fácilmente —nomás se retuerce como acocil en sal, pero no se quiebra—. Así son mis escasos, pero valiosos lectores.
A propósito de quiebras, ya le están quebrando el esqueleto a la “glorieta” de la Recta a Cholula —si a ese bodrio se le puede llamar así—. Esa “madre” espantosa e inútil (perdón por lo de espantosa) nos salió carísima. Qué forma de tirar el dinero; costó más de 10 millones de pesos esa tarugada. Desde que la construyeron se vio que era algo idiota que serviría sólo de pretexto para sacar lana y moches a diestra y muy siniestra.
Obviamente, no existe ninguna advertencia ni un méndigo policía que te advierta que a unos cuantos metros vas a entrar a una especie de túnel del tiempo.
Ahí la llevamos: de seguir así, pronto tendremos en Puebla grupos armados, al pueblo armado en contra de tanta robadera y corrupción. A la mejor no voy a traer una R15, pero cuando menos voy a cargar mi arco y mis flechas embarradas con veneno de saliva de político o de burócrata transa.
Arriba “campeón”: de por sí que son pocos mis lectores leales y sensatos… Como diría mi abuela: “Ser poco el amor y desperdiciarlo en celos”.