No hay mal que por bien no venga: A partir de ahora, en nuestros estadios de fut gritamos: “¡LUTOOOO!”, en lugar de la otra palabreja que provocó un montón de comentarios. Es más, suena más elegante, y más dramático.
Ha de ser sabrosísimo gritarle “¡LUTOOOOO!” al malvado político manipulador que te promete que jamás te inundarás de nuevo o que se acabarán los baches o que la policía siempre estará en vigilia.
Te imaginas que sabroso ha de ser gritarle “¡LUTOOOOOO!” a todos aquellos que te piden “moche” hasta por respirar, o al que te detiene un permiso o la autorización para abrir un negocio o al juez que se vende o al policía que es más corrupto que un cadáver de ocho meses… “¡LUTOOOOOO!” Y en algunos casos podríamos gritar: “¡LUTÍSIMOOOOOO!”
En fin, entre “Pluto”, “puto” y “luto” prefiero el “ñuto”. Porque el luto es un signo de dolo por la muerte de algo o de alguien y si le gritamos: “¡LUTOOOOO!” al político corrupto o al burócrata transa es porque representa la muerte de la honestidad, de la verdad, de la dignidad.
El luto es una muestra de dolor, y qué dolor más grande puede haber que descubrir la forma criminal como destruyen tu confianza o en la que destruyen tu futuro y el de tus hijos sin piedad
Así que, entre “Pluto”, “puto” y “luto”, ellos, podridos de alma, se merecen un: “¡LUTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!”
La única ventaja es que no tenemos que vestir de negro.