“Ser madre soltera te rompe la madre... ¿eres Turquesa? ¡A huevo! ... Soy orgullosamente maestra, orgullosamente maestro”. Así es lector, lectora querida, este es el florido lenguaje que utiliza en sus campañas publicitarias el partido turquesa, formado por líderes magisteriales de nuestro país.
Una de los argumentos que mas detesto en la vida, es cuando la gente dedicada a la comunicación —en cualquiera de sus formas—, arguyen que “lo único que hacen es reflejar la realidad” para que la gente se identifique.
Es cierto, pero olvidan que el poder de la comunicación es tan grande que, aunque no lo crean también sirve para cambiar y corregir conductas: en pocas palabras también sirve para educar y reeducar.
No es que me espanten las palabras que utilizan en sus campañas el mentado partido magisterial: lo que me enerva es de dónde provienen, el propósito para lo que las utilizan y el medio masivo de comunicación en que las transmiten, además que usan mi propio dinero para este propósito…Esto si “me parte la madre y, lo peor, es tener que oírlos “a huevo”.
Es obvio que el “te parte la madre” y el “a huevo” llaman la atención del público por ser inesperadas en el contexto en el que se dicen. Y que lograrán recordación, pero esta será negativa, es decir, no alcanzará el propósito deseado o sea, propiciar aceptación.
Este pensamiento de que “hablen mal de mí, pero que hablen” era el pensamiento de los políticos del jurásico. Pensaban así, porque en aquél entonces, no existían tantas opciones, ni la gente había estado jamás tan expuesta a semejante cúmulo de comunicados. Hoy este tipo de argumentos baratos no engañan ni motivan a nadie, además de que hay que saber adecuar el lenguaje según el medio a utilizar.
De seguro, el responsable de la mercadotecnia Turquesa debe ser un extraordinario maestro albañil, doctorado en ética y comunicación pública… ¡qué huevos! … que vergüenza.