El desacato a las recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por parte del gobernador Moreno Valle puede tener graves implicaciones que llevarían el caso Chalchihuapan hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Para comprender las consecuencias de la descarada desobediencia del Señor de los Cerros hacia los 11 puntos que contiene la resolución de la CNDH, hay que decir que una reforma constitucional, le dio facultades a esta comisión para atraer los casos de presuntas violaciones graves a los derechos humanos, lo que antes de esta modificación a la Carta Magna terminaban de manera directa en la Corte, la cual determinaba sobre la magnitud y la sanción en contra de los gobernantes en caso de encontrarlos culpables.
Esa modificación a la ley fundamental del país impidió que el caso Chalchihuapan, en donde murió el niño José Luis Tlehuatle terminara directamente en la SCJN, debiendo pasar por la CNDH, la cual realizó la investigación con los resultados de culpabilidad en contra del gobierno morenovallista.
Sin embargo, en un nuevo acto de arrogancia y soberbia, el Señor de los Cerros decidió pasarse por el “arco del triunfo” las 11 recomendaciones y emprendió una estrategia para evadir la resolución del la citada comisión.
La nota que hoy publica Intolerncia Diario, firmada por el reportero Jorge Castillo, revela información, obtenida a través de transparencia, donde se desprende que pese a las insistentes cartas de la CNDH para que el gobierno explique y compruebe que ya cumplió con las recomendaciones, hasta la fecha se han negado a hacerlo.
Y se han negado por una simple y sencilla razón: que hasta hoy, el gobernador se niega a sancionar a su secretario Facundo Rosas y a su procurador Víctor Carrancá.
Ese encubrimiento le puede costar muy caro a Moreno Valle, toda vez que el incumplimiento a las recomendaciones puede provocar que el caso pase a la Suprema Corte, en donde los ministros sí tienen facultades de sancionar y no solo de recomendar como la CNDH.
En pocas palabras, el caprichito de no sancionar a Facundo Rosas y a Víctor Carrancá, pueden llevar al Señor de los Cerros a la SCJN, en donde se podría determinar su responsabilidad en el asesinato de José Luis Tlehuatle.
Así las cosas, la soberbia podría hacer estallar el barril de pólvora en el que hoy está sentado.
Veremos y diremos.
La última Copa y nos vamos
La coronación del Puebla de la Franja me trasladó de manera natural a los dos campeonatos de liga y otros tantos de copa obtenidos por mi equipo.
Éramos uno de los protagonistas permanentes de cada torneo y no dejábamos de pensar en los campeonatos.
Hoy la historia es distinta.
Somos campeones de un modesto torneo de copa, sabiendo que en tres semanas nos espera un verdugo para hacer caer la guillotina.
Son sentimientos encontrados.
Es irónicamente triste esta coronación, al grado de que en epitafio de La Franja dirá: “La última copa y nos vamos”.
Y aunque no suelo creer en los milagros, esta vez quiero que algo sobre natural suceda para que se salve nuestro equipo.
Solo espero que esta Copa, no sea la famosa “última y nos vamos”.