Así es la vida, lector querido: Escribo estas cuatro líneas nomás porque soy muy macho: me duele una “nacha” como ni tienes idea, pero como dice mi pariente “par´ eso diosito me hizo hombre”.
La verdad, no creo que a diosito le importe mucho mi nalga, de seguro tiene millones de cosas más importantes en que pensar.
De cualquier manera, he llegado a la conclusión de que —al menos yo—, pienso con la puritititas “nachas”.
Durante dos semanas me había sido imposible escribir nada. Esto me lleva a razonar que durante años he escrito y pensado con la “nachas”.
De una manera u otra, yo ya había intuido eso de que “pienso con las asentaderas”, pero hoy, después de pasar por este trance, estoy seguro de ello.
Hasta el momento, los médicos no se han puesto de acuerdo si mi padecimiento esuna ¿simple? contractura muscular o son algunas vertebras pellizcadas o es que soy un simple maniaco depresivo sin remedio.
En fin, el caso es que el dolor de “nacha” debe ser lo más parecido al dolor de parto (al menos así lo siento).
Ya sé que algunas dulces lectora dirán, y con razón, que no tengo la menor idea de lo que es parir y, quizá tengan razón; pero, como dice el dicho “no hay dolor más fuerte que el que uno sufre”, ni hay político más apestado que el que no agarra hueso.
Esto último no lo digo yo, lo muestra la vida misma. Pensándolo bien el dolor de “nacha” debe ser más parecido a esto último, habrá que preguntarles a los del próximo reinado…que de seguro también han de pensar y de actuar con las puritititas “nachas”.
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