De manera sistemática, el Señor de Los Cerros se ha empeñado en negar que Puebla se haya hundido en materia de seguridad.

Comparar con la alarmante nota policiaca de otros estados resultaba una práctica muy simple para justificar el aumento de incidentes delictivos en nuestra entidad.

Con citar los permanentes escándalos de Tamaulipas y Veracruz, contenían los señalamientos sobre la ineficiente procuración de justicia y seguridad pública del gobierno morenovallista.

Sin embargo, en su más reciente número, la revista Expansión ofrece datos contundentes que ponen a Puebla dentro de los cinco estados más violentos del país.

De entrada, el número de delitos denunciados coloca a la entidad dentro de top five con mil 207, le antecede Chihuahua con mil 563. En el tercer sitio se ubica Sinaloa con mil 821, después Oaxaca con 2 mil 065 denuncias y Tamaulipas con 2 mil 067.

En cuanto al número de homicidios, Oaxaca está al frente con mil 943, seguido de Sinaloa con mil 674, Tamaulipas con mil 550 y en cuarto lugar Puebla con mil 392.

En el rubro de secuestros, Puebla registra 40, solo abajo de Tamaulipas.

Y para aumentar la vergüenza del actual gobierno, en el capítulo de extorsiones, el estado ocupa en nada honroso primer lugar con 275 por encima incluso de Tamaulipas, con 190 y Sinaloa con 175.

Sin duda, estamos hablando de que a Moreno Valle, en 5 años se le desmoronó la seguridad de un estado, que recibió como uno de los tres menos violentos y más seguros.

En el mismo reportaje, la revista Expansión presenta un apartado de medición de pobreza, confirmando los datos que en esta columna he citado.

Puebla dejó de ser el estado más pobre, pasando al segundo con mayor índice de marginación en el país.

En estos cinco años de gobierno, Tlaxcala subió un escalón y Puebla cayó uno, quedando solo por arriba de Oaxaca.

Más graves y elocuentes son los números al colocar a Oaxaca con 66.6 por ciento, solo 2 puntos porcentuales peor que Puebla con 64.5 por ciento y Tlaxcala que se separa por seis puntos con 58.9 por ciento, lo cual deja hundidos a los estados gobernados por los aliancistas, Rafael Moreno Valle y Gabino Cué.

En pocas palabras, los dos puntos más importantes que actualmente exigen los ciudadanos a un gobernante que son seguridad y pobreza, fueron reprobados por el gobernador de Puebla.

Y para rematar, la salud, que es otro tema medular, basta con leer el reportaje que Intolerancia Diario presenta en su primera plana, para anexar una tercera asignatura reprobada.

En contraste, en su afán por presumir sus logros de gobierno, siempre insistirán en el embellecimiento y modernización con la Estrella de Puebla, el Teleférico de Los Fuertes, el Museo Internacional Barroco y el trenecito Puebla-Cholula.

Es decir, que si hacemos una evaluación a Rafael, y los resultados los comparamos con los de un estudiante, tenemos que reprobó Matemáticas, Ciencias Naturales y Español, pero acreditó con excelencia Educación Artística.

No está demás decir que también reprobaría Civismo y Conducta.

En pocas palabras, serían insignificantes las orejas de burro para un personaje que dejó a Puebla hundido en la violencia y la pobreza.

Los números no mienten.