Lector querido: No sé qué tipo de magia ejecutará el gober actual para terminar con el flagelo que nos azota desde hace años. Dice que en tres mesecitos terminará con la corrupción poblana. Si logra un milagro de tal dimensión prometo ir a ver al Señor de las Maravillas todos los viernes de mes con nopales en las rodillas, y votar por él.
Seamos realistas —si no podemos ser honestos—, lograr esta promesa a estas podridas alturas del partido es simplemente un sueño guajiro, sueño que además, afectaría los intereses de algunos polacos partidistas y de las H. Cámaras que lo han mantenido en el poder sin decir ni alma, quiero pensar que este silencio haya sido a cambio de biblias o de cursos de ética en alguna universidad extranjera.
Además, no creo que vaya a ser que nos endrogue más de lo que ya estamos. Mejor ahí muere y que cada quién lave su consciencia de acuerdo a sus volátiles corazones.
A veces no nos cae el veinte de que el tiempo vuela y, cuando volteamos la cabeza vemos que nuestras huellas ya las borró el tiempo y solo quedan las huellas del alma, imborrables y dolorosas; esas que nos recuerdan lo que no hicimos bien y otras, a veces muy pocas, en las que pensamos en nuestros semejantes antes que en nosotros.
Es indudable que se hace camino al andar, pero también vamos dejando marcas, y no me refiero a Armani, a Ferrari, a Mercedes, sino a las actitudes en la vida.