Lector, lectora querida: A veces pienso que provocamos tal cantidad de broncas en el planeta que, no sé quién fue el científico loco que nos definió como los seres racionales del planeta.
La verdad tenemos de “racionales” lo que tenía mi tía Chabela de violinista —nada, absolutamente nada—.
Cómo puede ser racional un ser que ha dejado el planeta, su casa, totalmente estéril, contaminado y más agujerado que un queso gruyere, con una sobrepoblación bestial imposible de alimentar.
El mar es el mayor cultivo de gérmenes jamás imaginado, la desforestación es casi total para convertir la foresta en pastizales para las vacas, el aire está contaminado en todo el planeta, etcétera, etcétera.
Obviamente esta graciosa situación ha provocado que la violencia y la corrupción estén a la orden del día; para acabarla de amolar, el año entrante nosotros tenemos elecciones: elecciones de qué, no me vas a decir que el próximo “elegido” será capaz de remediar en algo el desastroso desbarajuste en nuestro país.
A no ser que el Señor de Las Maravillas se haga presente, no veo cómo. Los pobladores de este país (ya no digamos del planeta) no podrán ser lo suficientemente “animales racionales” como para sacarnos del hoyo.
George Orwell decía: “Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros, y yo creo que tenía razón. Hoy somos casi 9,000,000,000 (nueve mil millones de animales, quizá no muy iguales, pero sí bastante parecidos.