Nuestro encamotado gobierno es pobre, entre otras oscuras cosas, porque quiere; ya que podría instituir un maravilloso juego que lo haría millonario.
El juego es simple, se llamaría atínale al pavimento, claro que es un juego de alto impacto y de riesgo mortal, pero los ciudadanos poblanos ya estamos más que entrenados.
Hay tal cantidad de socavones en nuestra ciudad y en sus alrededores —como en Cholula—, que lograr atinarle a los espacios que tienen un poco de pavimento requiere de una destreza sobrehumana.
A veces me pregunto, ¿qué sucederá cuando se pierdan los últimos cachitos de pavimento?, quizá nuestra angelical ciudad y sus pueblos aledaños como Cholula desaparecerán como los presupuestos gubernamentales, como por arte de magia.
En fin, les dejo la idea. Otro juego podría ser: en dónde se esconde el policía o encuentra la guarida del exgóber o atínale a la fuga presupuestal.
Hay un montón de cosas que el gobierno en turno podría hacer para juntar dinero, pero de forma divertida.
La cosa que me intriga es: ¿cuándo empezamos a perder la dignidad, desde cuando nos sumergimos en la lodosa lucha por el poder y el dinero?
Cada 15 segundos muere una persona de hambre, más del 80 por ciento de nuestros semejantes no tienen acceso al agua potable, el 1 por ciento posee todo el oro del mundo, y lo increíble es que nuestros todopoderosos y ricos gobernantes creen que a ellos nos les sucederá nada porque tienen oro; como si el oro los vaya a alimentar cuando ya no haya qué comer.
Hagamos un esfuerzo sobrehumano y pensemos un poco. Queridos gobernantes, el oro no se puede comer, ni los dólares se pueden beber, y para su información nadie se puede esconder de uno mismo, al menos para siempre.
Así que implementen cualquiera de los juegos propuestos; yo les sugiero que repartan las ganancias con el pueblo.